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Juicio

Zaplana, un año en el erial

La justicia ya ha conseguido recuperar y embargar alrededor de 11 millones de euros de los casi 20 cobrados en mordidas

El exministro Eduardo Zaplana llega al registro de su casa en Benidorm, hace ahora un año. efe/morell

El 22 de mayo de 2018, a las 8.40 horas de la mañana, el mundo se paró en seco para el expresidente de la Generalitat y exministro, Eduardo Zaplana. Agentes del grupo de delitos contra la administración de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil detuvieron al exjefe del Consell en su vivienda de la calle Pascual y Genís de València. Una efeméride de la que hoy se cumple justamente un año.

La operación fue bautizada por la Guardia Civil como «Erial», en referencia a la Administración esquilmada tras años de presuntos cobros de mordidas por parte de Zaplana a cambio de adjudicaciones como las del Plan Eólico o las inspecciones técnicas de vehículos (ITV), entre otros asuntos investigados en esta macrocausa judicial, una de las mayores y más sofisticadas causas de corrupción investigadas en la Comunitat Valenciana. El Juzgado de Instrucción 8 de València y la Fiscalía Anticorrupción son los que han impulsado, junto a la UCO, esta voluminosa instrucción con ramificaciones internacionales que se desarrolló en secreto durante dos años y medio, ya que se inició en noviembre de 2015.

Contra Zaplana, su círculo más cercano de confianza, pero también contra el expresidente de las Corts, Juan Cotino, y dos de sus sobrinos, salpicados en esta causa, los investigadores acumulan indicios que les permite acusarlos del catálogo completo de delitos habituales en las causas de corrupción: blanqueo de capitales, cohecho, prevaricación, malversación de caudales públicos, tráfico de influencias, fraude en la contratación, delito fiscal, falsedad documental, asociación ilícita para delinquir y grupo criminal.

Un año después de que estallara esta macrocausa, la fecha permite hacer balance sobre la evolución de la investigación y la situación en que se encuentran sus principales protagonistas. El detalle que más enorgullece a los investigadores es haber podido recuperar casi once millones de euros de los casi 20 millones localizados en mordidas por parte del clan Cotino o del clan Zaplana. Gran parte de la cantidad recuperada, casi seis millones, acabó hace meses en la cuenta del Juzgado de Instrucción 8 después de la confesión del presunto testaferro uruguayo de Zaplana, Fernando Belhot, que ingresó voluntariamente esta cantidad que, supuestamente, le había entregado Zaplana.

Los protagonistas también han fundido a negro sus apariciones. Zaplana ha evitado aparecer en público, salvo cuando va a firmar al juzgado y en una breve intervención radiofónica para hablar de su relación con el fallecido Alfredo Pérez Rubalcaba. A Juan Cotino se le ha podido ver en procesiones y en su última cita judicial para declarar como investigado por la visita del papa. Allí se le preguntó por los 640.000 euros que transportó a Luxemburgo. Pero no quiso responder.

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