La jueza del juzgado de lo contencioso-administrativo número 2 de València condenó a la Conselleria de Educación a escolarizar a un joven valenciano en un centro de enseñanza ordinario «con las medidas y apoyos necesiarios». El joven, con TEA (Trastorno del Espectro Autista) y altas capacidades, regresó pues el pasado martes al colegio ordinario. Hasta ese momento, el niño estaba escolarizado en modalidad combinada, por lo que tres días a la semana iba a un Centro de Educación Especial (CEE) y los otros dos a un colegio ordinario. Sin embargo, el niño regresó al centro ordinario en una clase con más de veinte compañeros y sin un apoyo específico para él, que le acompañara en el aula.
«Lo que el niño necesita es una persona que le acompañe en el colegio y atienda a sus necesidades. La profesora no puede encargarse de él y del resto de alumnos, como si no necesitara los apoyos específicos que precisa. No es un capricho, es una necesidad. Y como la Conselleria de Educación no cumple su parte, que es proporcionar los recursos necesarios y ampliar el personal, la inclusión no es real y puede generar un grave perjuicio en el menor. Esto es algo muy grave porque estamos hablando de niños. Al final el problema recae en los propios colegios y en los profesionales que hacen lo que pueden con los escasos recursos que tienen», explica Sandra Casas, la abogada de la familia y responsable de Acción para la Justicia Social.
En la sentencia, sin embargo, no se especifican qué recursos debe tener el menor. Donde sí se recoge qué es lo que precisa el alumno es en el informe pericial del psicólogo, donde se especifica que se entiende como medida «necesaria y razonable que el menor reciba el apoyo de un profesional especializado en TEA durante toda la jornada escolar, incluidos los momentos de tiempo libre y comedor, que son necesarios porque la interacción social se da de manera más natural e informal».
La Conselleria de Educación asegura que, tras conocer la sentencia, «desde la Dirección Territorial de Valencia se hizo la resolución de la escolarización del alumno en el centro ordinario, ya que en el caso de los alumnos que reciben educación combinada entre un CEE y un ordinario están escolarizados en el CEE. Por otro lado, el colegio donde está escolarizado el alumno cuenta con tres educadores, que ya están coordinados para su atención. Además, en cuestión de días, el alumno tendrá un maestro de Pedagogía Terapéutica (PT) también para atenderlo».
El menor no padece ningún tratorno intelectual. De hecho, tiene altas capacidades. Es en la interacción social, en la relación con otras personas, donde el menor necesita apoyos. Pero, de momento, no los tiene y su familia teme las consecuencias.
