La Policía Local de Alzira detuvo ayer a un joven de 35 años que se había atrincherado en casa tras, presuntamente, agredir a su pareja y amenazar de muerte tanto a ella como a los dos hijos, menores de edad. Fue la propia mujer la que alertó a las autoridades porque el agresor le envió varios mensajes a su teléfono móvil en los que anunciaba su inminente suicidio. Junto a ellos adjuntó fotografías en las que se apreciaban cortes en sus brazos y un charco considerable de sangre en el suelo.

Los hechos ocurrieron alrededor de las 9,00 horas de la mañana en una vivienda de la calle Josefina Fernández (antigua Vicente Vidal). El joven, según el relato aportado por la mujer, la agredió y la amenazó de muerte. Ésta pudo zafarse y huyó para refugiarse en casa de su hermana. Allí recibió el aviso de suicidio de éste y alertó a las autoridades.

La mujer, visiblemente alterada, dio sus llaves a los agentes de policía para que entraran en la vivienda, aunque no pudieron hacerlo porque la puerta estaba cerrada con pestillo. La mujer autorizó a los agentes a que derribasen la puerta para poder salvar la vida de su presunto agresor. Abrieron un agujero y comprobaron que el joven se hallaba en el interior. La vivienda se encontraba llena de sangre y, para su sorpresa, también advirtieron que había amontonado varios muebles tras la puerta para blindar el acceso.

Los agentes consiguieron entrar en la casa. Trataron de tranquilizarlo y le ofrecieron asistencia sanitaria, pero el joven se mostró hostil y, tras propinar varias amenazas e insultos, se atrincheró en la cocina. Allí, incluso hirió a un agente al lanzarle la nevera. Pese a su estado agresivo, los policías lograron inmovilizarlo mediante un disparo de pistola Taser.

El joven fue atendido en la vivienda por el personal sanitario allí desplazado. No obstante, incluso después de ser inmovilizado por los agentes opuso resistencia. Una vez frenaron la hemorragia, los sanitarios lo trasladaron al hospital. Cuando reciba el alta, quedará a disposición policial.