Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

"¿Por qué somos pobres?"

La pregunta de un niño del Colegio Santiago Apóstol del Cabanyal al Nobel de Economía y jurado de los Jaume I, Finn Kydland, denuncia la situación de exclusión social en la que viven estos 196 alumnos, la gran mayoría de etnia gitana

El Nobel de Economía noruego, Finn Kydland, visitó el Colegio diocesano Santiago Apóstol del Cabanyal. M. Á. Montesinos.

«¿Por qué los gitanos somos pobres?», pregunta Diego, de 12 años, al premio Nobel de Economía de 2004, el noruego Finn Kydland. La cuestión descoloca a una de las mentes que más sabe en el mundo de macroeconomía y de los mecanismos de control necesarios para preservar la independencia y el buen gobierno de los bancos centrales. Kydland no tiene una respuesta para este alumno del colegio diocesano Santiago Apóstol del Cabanyal, pero si un consejo que puede cambiar la vida de Diego y todos sus compañeros y compañeras de esta comunidad de aprendizaje que atiende a 196 niños y niñas que viven en un contexto social desfavorecido, la práctica totalidad de ellos de etnia gitana.

«Haz lo que estás haciendo ahora: estudiar», le recomienda Kydland a Diego. «No faltes al colegio y aprende todo lo que puedas, intenta llegar al instituto y obtener el graduado. Cuánto más te formes mejor: estudia Bachillerato o Formación Profesional e incluso intenta llegar hasta la Universidad. Trata de conseguir ayudas y becas que te permitan llegar lejos en los estudios y lucha por lo que quieres», añade. «Si te formas y aprendes un oficio -prosigue-, encontrarás más fácil un trabajo que te permita ganar dinero y salir de la pobreza».

Pero, sobretodo, continua ahora el Nobel dirigiéndose a todos los niños y niñas de la clase de sexto de Primaria de esta escuela concertada, «es muy importante que descubráis en lo que sois buenos o buenas y, a partir de ahí, decidid lo que os gustaría ser de mayores».

Primer encuentro con escolares

Kydland es profesor de la Universidad de California en Santa Bárbara (UCSB), una de las mejores universidades públicas del mundo y con una de las notas de acceso más exigentes de EE UU. Le gusta recorrer los institutos de Secundaria para animar a los jóvenes a estudiar, pero nunca hasta ahora este jurado de los premios Jaume I se había encontrado con alumnos de Infantil y Primaria, de 3 hasta los 12 años, y está disfrutando como un niño de la experiencia, le confiesa a la intérprete que le acompaña.

Sonríe con la conversación de Diego y Vicente, dos niños de Infantil de 4 y 5 años. «Tiene que comer mucho para ser así de grande y famoso», le dice el primero, «¡Claro!, si come se pone más grande!», aclara el segundo.

Kydland se emociona al ver la biblioteca del colegio con las estanterías llenas de libros que le enseña Juan Ramón, un niño de seis años de 1º de Primaria. Le pregunta si cuando era pequeño, en su colegio también hacían tertulias literarias tras leer el capítulo de un libro. «No teníamos esa suerte», lamenta el Nobel, pero cuenta a la clase que a el le gustaba mucho leer «un libro tras otro libro, tras otro...».

John se interesa por saber qué es lo que más le apetecía hacer cuando tenía 6 años como ellos, y el Nobel le contesta que «leer toda clase de libros». «¡Mira! igual que tu, John», dice la tutora de la clase de primero mientras una enorme sonrisa del pequeño ilumina toda el aula en la que hoy está todo el mundo contento porque además de conocer a un Nobel, ya han terminado el libro de texto de Matemáticas.

Y esa es la clave para Kydland, pues a Francisco, de 9 años, un alumno de 4º de Primaria que quiere saber qué ha tenido que hacer para ser economista, le responde: «Estudiar muchas matemáticas que son muy importantes y valen para todo». De hecho, el Nobel se emociona cuando ve que en cada escalón hay escritas sumas o multiplicaciones para que los pequeños recuerden las operaciones básicas al subir las escaleras.

El Santiago Apóstol también tiene un ciclo de FP Básica de Servicios Administrativo con el que trata de repescar para los estudios a aquellos de sus alumnos que no han podido acabar la ESO en el instituto. Ahora se gradúa la primera promoción, y de los 8 que empezaron hace dos cursos, «han aprobado cuatro y tres de ellos ya se han matriculado en ciclo de FP de grado Medio», explica feliz Jordi Bosch, el director del colegio.

Comunidad de aprendizaje

Miguel, uno de los jóvenes de FP Básica le pregunta a Kydland qué puede hacer para mejorar en los estudios, y el profesor de la UCSB le recomienda que estudie «la mayor cantidad de matemáticas posible, porque son útiles para cualquier aspecto de la vida y cuánto más las entiendas, más te gustarán».

El director y el profesorado agradece a la Fundación Premios Rei Jaume I el apoyo que les brinda. «La educación es un camino abierto a todo el mundo, incluso a las personas con pocos recursos. Que nuestros alumnos conozcan a un Nobel es muy importante, porque como comunidad de aprendizaje tratamos de ayudarles para que primero alcancen el graduado escolar y luego lleguen lo más lejos posible en los estudios, independientemente del contexto en el que viven», explica Bosch.

Compartir el artículo

stats