El feminismo será uno de los ejes políticos del nuevo Botànic. Es de las pocas cosas claras de la negociación del acuerdo de gobierno para los próximos cuatro años. Sin embargo, las diputaciones parecen un elemento ajeno a esa apuesta por la igualdad de la izquierda. Los primeros que han aprobado propuestas de elegidos en las tres provincias han sido los socialistas (pendientes de la última palabra de Ferraz) y en ninguna llegan al 40 % de mujeres en esas listas.
En la de Valencia (donde más cerca están), las cinco de trece suponen el 38,4 %. No obstante, la ejecutiva provincial del PSPV, encabezada por Mercedes Caballero, defiende que sí está en la paridad. Se trata de hacer la cuenta desde otro enfoque: el 40 % exacto de trece serían 5,2 diputadas; por tanto, las cinco mujeres incluidas supondrían ese 40 % mínimo de representación, según la ley de Igualdad, argumentan. Añaden que en el partido judicial de València, con seis miembros, designaron tres y tres de cada sexo.
La propuesta en Castelló es de 4 diputadas provinciales de doce, un 33,3 %. Y en Alicante, son cinco de catorce, un 35,7 %.
La situación no ha pasado desapercibida para la secretaría de Igualdad del partido. Su titular, Rosa Peris, prepara ya un informe, porque, aunque no hay irregularidad alguna, admite, cree que «hay que dar un toque de atención porque nos alejamos de los objetivos de paridad».
La intención es pedir que en el próximo congreso del PSOE se modifiquen los estatutos para que las listas de diputados provinciales respeten también la paridad. La ejecutiva de Valencia lo respalda y pide más: incluso una igualdad total mínima, de 50-50, no de 40-60, como prevé la ley.
La situación se produce por los partidos judiciales unipersonales, que son mayoría, y donde los elegidos suelen ser hombres. La propuesta de Peris es que los comités comarcales deban designar en estos casos a dos ediles, una mujer y un hombre, y que el órgano provincial elija en función del objetivo general de paridad.
