El síndic de Unides Podem en las Corts, Rubén Martínez Dalmau, no está por la labor de que la investidura de Ximo Puig como presidente se celebre en domingo. Así se expresó en las redes sociales a la vista de cómo los socialistas han pincelado el calendario: el martes 11 será la votación en las Corts y el domingo 16 el acto institucional, lo que implicaría un desembolso extra tal como sucedió en 2015. «La austeridad se predica con el ejemplo», escribió. Fuentes consultadas de la formación aseguraron que la postura de Dalmau es común a todos y no aceptarán el domingo como día para la toma de posesión. El acto puede celebrarse cualquier día laborable sin tener que forzar a la Administración a cargar con un gasto extra.

En 2015 fueron varios los motivos para celebrarlo en domingo. En primer lugar, había dudas de si el nombramiento de Ximo Puig llegaría en tiempo y forma para ser publicado en el BOE. La idea inicial era celebrarlo en sábado, pero ese mismo día Compromís convocó su consell general para ratificar el pacto de gobierno con los socialistas, por lo que no era posible investir al presidente antes del sábado. Por último, la insistencia de los socialistas en que se celebrase domingo residía en el interés por celebrar una jornada de puertas abiertas en el Palau de la Generalitat el mismo día en que el Botànic quedara configurado como gobierno.