Puede parecer otra cosa ante la agitación interna desatada en los últimos días, pero realmente el PSPV ha ganado las elecciones autonómicas, generales y municipales que han copado la vida pública las últimas semanas. Si un astronauta leyera estos días la prensa después de seis meses en una estación espacial, podría pensar que los socialistas han perdido hasta la chaqueta. Eso, o que se ha convertido en marciano.
El último giro de tuerca es que la solución final al conflicto puede venir por una alianza entre enemigos en el pasado, entre la dirección autonómica de Ximo Puig y la federal, de Pedro Sánchez y José Luis Ábalos, el secretario de Organización del PSOE y antes responsable en la provincia de Valencia.
La designación de los diputados provinciales ha generado una tensión orgánica inesperada después de recuperar la hegemonía electoral en la Comunitat Valenciana y en España tras años de dominio abrumador del PP (28 en el caso valenciano). La polémica se ha dado en Valencia y Castelló, pero mientras en el primer caso se va apagando conforme pasan los días, en la provincia más al norte aumenta.
Según la dirección de país, hay movimientos organizados de agrupaciones en los partidos judiciales de la Plana Alta y Els Ports para elevar a la junta electoral propuestas alternativas a las planteadas por la ejecutiva provincial, en manos de Ernest Blanch.
Esa iniciativa puede acarrear expedientes de expulsión del partido. Es lo que pretende evitar el equipo de Puig. La solución pasa por negociar con la dirección del PSOE retoques en las propuestas que eleva la ejecutiva provincial. Ferraz lo ha hecho en otras ocasiones.
Puig y la cúpula autonómica tienen a su favor que Blanch no tiene un pedigrí sanchista, como si pasa en Valencia, donde los conatos de confrontación comarcal con la secretaria general, Mercedes Caballero (mano derecha de Ábalos) han sido desactivados. Blanqueries los considera una imprudencia al conducir a una previsible derrota.
Blanch ha sido jefe de gabinete de la exconsellera de Vivienda María José Salvador y es persona de confianza del exlíder provincial y actual secretario autonómico de Turismo Francesc Colomer, que queda en una situación delicada con respecto a Puig (Turismo está adscrito a Presidencia).
La ejecutiva de Castelló, que no controla las agrupaciones comarcales más pobladas, optó por designar diputados provinciales solo de municipios de menos de 5.000 habitantes, a pesar del criterio de algunas comarcas, y señaló al alcalde de Sueras, Josep Martí, como aspirante a presidir la corporación. La decisión ha airado a los titulares socialistas de grandes municipios como Vila-real o la Vall d'Uixó, entre otros, que podrían ser los que pasaran a formar parte de la diputación por decisión de Ferraz con el apoyo de Puig. La ejecutiva federal tiene previsto validar las listas de diputados provinciales el día 17. Se verá si avala a Blanch o a Puig y hasta dónde llega el incendio.
