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Protección al medio ambiente

"Los satélites nos permiten vigilar la salud del planeta y los efectos del CO2"

Sobrino advierte de que hay que "renunciar al crecimiento continuo, ya que la raza humana peligra"

José Antonio Sobrino, premio Jaume I a la Protección al Medio Ambiente.

José Antonio Sobrino Rodríguez es un valenciano nacido en Ourense, cuya familia se trasladó a Torrent cuando el ahora doctor en Física aún era un chaval de ocho años. Del colegio Lope de Vega pasaría al instituto Tirant lo Blanc también de Torrent, y de allí a la Universitat de València, donde se licenció en Ciencias Físicas y en la que desde 2009 es catedrático de Física de la Tierra. Presidente de la Asociación Española de Teledetección, los datos de los satélites que orbitan alrededor de la Tierra le permiten constatar, día a día, los «signos evidentes» del cambio climático. «Una imagen vale más que mil palabras», incide, para enfatizar que la traducción de esos algoritmos sirve para generar «una consciencia ecológica» de la sociedad.

El jurado valora sus investigaciones de los cambios planetarios y que sea «a nivel mundial un líder en el campo de la protección ambiental utilizando la teledetección». Explique eso.

En nuestro grupo de trabajo hacemos un seguimiento de los procesos que afectan al planeta a través de los satélites, lo cual nos permite vigilar su salud y los efectos de las emisiones de Dióxido de carbono, registrando los datos y procesando las imágenes. Estudiamos parámetros como las temperaturas, la evolución de los cultivos, las necesidades hídricas, o el estrés térmico.

Y supongo que las imágenes no dejan lugar a la duda de que el cambio climático no es algo que se inventen los científicos.

Se aprecia un aumento de la temperatura, una disminución de los glaciares, una subida del nivel del mar, se comprueba cómo avanza la desertización o la deforestación. En definitiva, hay un impacto ambiental antropogénico. Desde 1950 hay un incremento de las emisiones de CO2, no hay nunca una disminución.

Antonio Guterres, secretario general de la ONU, ha pedido a los países de la Cumbre Climática de septiembre que acudan con planes realistas para frenar las emisiones de GEI.

Soy escéptico. Hace tiempo que deberían haberse tomado medidas. Aunque paráramos ya llevamos en la mochila el calentamiento global. Hay que aprender a renunciar al crecimiento contínuo y plantearnos el ir a un desarrollo sostenible.Necesitamos no despistarnos y tomar medidas concretas, apostando por las energías renovables, reduciendo los plásticos y los coches... El planeta no corre peligro, pero la raza humana sí.

No hacen más que salir estudios que presidentes como Donald Trump tratan de desmontar. ¿No es un poco frustrante?

El trabajo analítico es lo suficientemente claro, con signos evidentes, pero hay que insistir en esa demostración, y luchar contra los escépticos y los negacionistas. No queda otra. Eso sí, la población se ha de movilizar y apostar por gobernantes que impulsen políticas ambientales de mitigación.

El litoral valencianos se sabe especialmente vulnerable al cambio climático.

Sí, hay un aumento por ejemplo de las noches tropicales. Si en los años setenta eran unas cuarenta las que superaban los 20 grados centígrados, ahora son ochenta. Es lo que se llama las islas de calor, que sufrirán especialmente las ciudades. Habrá que plantearse cómo urbanizar en el futuro, con qué tipo de materiales para que absorban una menor radiación. Se está a tiempo, pero hay que dejar de prometer y actuar.

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