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Análisis

La amistad peligrosa de PP y Cs

Bonig y Cantó pactan ser socios preferentes pero compiten por el trono de la derecha - El actor sueña con el abrazo del oso a la popular

Isabel Bonig y Toni Cantó sentados ayer durante su reunión en las Corts rodeados de cámaras. f. bustamante

Populares y Ciudadanos están condenados a disputarse la hegemonía de la derecha esta legislatura. El nuevo curso político tras las elecciones del 28 abril ya arrancó con una indisimulada competencia entre ambos partidos. El portavoz de Ciudadanos en las Corts y líder de facto de la organización naranja, Toni Cantó, marcó terreno desde el minuto uno. Con un grupo reforzado de 18 diputados, uno menos que el PP, Cs buscó ser considerado el referente de la oposición y del bloque del centro derecha.

El PPCV, noqueado de nuevo por el resultado electoral, es consciente de que a poco que se descuide el mediático actor puede robarle el plano. En términos generales, Ciudadanos ya lo ha hecho en las urnas donde ha estado a punto del sorpaso al PP a pesar de que en la pasada legislatura el partido de Rivera fue un aliado importante para el Botànic. Pero Ciudadanos supo rentabilizar iniciativas que incluso habían sido made in PP, al tiempo que se ha beneficiado de una tendencia electoral a la baja del PP de Pablo Casado.

Pero al mismo tiempo que compiten por liderar la derecha y el actor sueña con el abrazo del oso a la popular, ayer mismo ambos pactaron (en un encuentro con todo el boato en las Corts) convertirse en socios preferentes y dejar prácticamente encarrilado el acuerdo para gobernar el ayuntamiento y la Diputación de Alicante. Por eso, el choque de trenes entre Bonig y Cantó tiene tanto de escenificación como la alianza sellada ayer para repartirse instituciones y ayuntamientos.

Ambos demostraron que la rivalidad no impide que puedan sentarse juntos y hablar, sobre todo cuando está en juego el reparto del poder, del poco que no ha quedado en manos de la izquierda. Siguiendo la estrategia nacional, ambos dieron por hecho el acuerdo para Alicante, así como en la veintena de municipios donde el bloque de derechas suma más que el de la izquierda. Quizás en algunos lugares Ciudadanos coquetee con el PSPV, pero como ya ha establecido Rivera en el ámbito nacional el PP «es el socio preferente».

Durante la comparecencia conjunta de ambos ayer en las Corts, Bonig quiso extender esa alianza para gobernar a una «colaboración» que pueda extenderse a lo largo de los próximos cuatro años para hacer frente al tripartito. PP y Ciudadanos votando en bloque sería un punto de inflexión respecto a la pasada legislatura. Ciudadanos, que ha tenido varios liderazgos, rehuyó mucho la foto con un PP que acababa de salir de las instituciones dejando un reguero de corrupción. Ciudadanos debía aparecer como el partido de la regeneración y era difícil hacerlo aliandose con el PP.

Las cosas ahora han cambiado. Los asuntos turbios del PP siguen en la agenda, pero la referencia ya no pueden ser los anteriores gobiernos del PP, sino el tripartito. Ahora bien, Cantó se cuidará mucho y marcará distancias con la gestión del PP porque su objetivo es superarle en próximos comicios. La de Cantó es por tanto una amistad peligrosa para Isabel Bonig.

Alianza táctica

Cabe pues un alianza táctica, si bien la estrategia diverge precisamente por la rivalidad dentro del bloque. Las características de Cantó, un dirigente con carácter y convencido de que gobernará la Generalitat, ponen difícil un entendimiento y apunta a un protagonismo del líder de Cs que Bonig tendrá difícil de superar. Sería el abrazo del oso de Cantó a Bonig.

Cantó quiere la foto con Bonig, pero no duda en morderle la mano. Ayer mismo, habló de «levantar alfombras», en alusión a la gestión del PP, y al mismo tiempo gobernar con ellos. La «colaboración» permanente de la que habla Bonig es bien compleja sobre todo por la necesidad del PP de que Cs no le arrincone. El sorpasso quedó muy cerca.

El PP se lamenta de que su trabajo en la oposición fue fagocitado por Cs y les acusan de haberse adueñado de sus iniciativas, sobre todo, en educación y lengua. Cs ha rentabilizado su marca pese a que en ocasiones el grupo flaqueó.

Con todo, Bonig y Cantó necesitaban ayer, tras días de foco mediático sobre la negociación del Botànic, volver a atraer la atención. Con las Corts sin arrancar, la derecha había quedado en segunda fila. Las críticas a la negociación del Botànic fueron compartidas por ambos.

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