Los acusados en una pieza del caso Emarsa por haber blanqueado 690.000 euros supuestamente sustraídos de esta empresa pública han reconocido este viernes el lavado de los fondos en Andorra, pero han negado que proviniera de esa sociedad, sino que era dinero negro de su empresa de abanicos. La Fiscalía sostiene que el dinero provenía de comisiones ilegales de Emarsa, pero los acusados Vicente Gil Usedo y sus hijos Vicente y María han explicado que era en realidad de la empresa familia.

"El dinero es nuestro, de nuestra empresa", ha dicho María Gil, y su padre ha concretado que era "dinero negro" de Abanicos Gil y Blay y no público: "Un porcentaje de las ventas que hacíamos nosotros se realizaban en b" y necesitaban blanquearlo para comprar mercancía en China, ha dicho Vicente Gil hijo. Según el relato de este último, al principio su padre se encargaba de trasladar personalmente el dinero negro de Valencia a Andorra, hasta que en una ocasión le pararon en la frontera española.

En ese momento, han explicado los tres, le entró miedo y el hijo comentó a su padre que otro de los acusados, el empresario Jorge Ignacio Roca, tenía un sistema para mover el dinero al principado sin necesidad de ir en persona. A cambio de estas gestiones, han dicho que Roca les cobraba un 2 por ciento de comisión. Roca, por su parte, ha negado haber cobrado ese porcentaje pero ha reconocido el "sistema andorrano-maltés" que creó para blanquear el dinero de los Gil.

Este empresario ya ha sido condenado a 6 años de cárcel por la trama corrupta que desvió 23,5 millones de euros de Emarsa, que gestionó la depuradora de Pinedo (Valencia). En ese juicio celebrado en Valencia Roca afirmó que su función era "facturar y repartir comisiones" que derivaban de facturas infladas por la gestión de los lodos de la depuradora. Entonces y también este viernes ha defendido que él no sabía que la depuradora era pública. "Jamás he sabido que era dinero publico y lo repetiré hasta el día que me muera", ha afirmado ante el tribunal que le juzga en la Audiencia Nacional, donde se enfrenta, al igual que los otros tres acusados, a una petición fiscal de 5 años de cárcel.

En esta vertiente del caso que se juzga en la Audiencia por ser blanqueo internacional, Roca ha dicho que conoció a Vicente Gil hijo porque en 2006 se lo presentó José Luis Sena, dueño de la firma Notec, que gestionaba los lodos de la depuradora, e imputado en otra rama de la causa. Sena le dijo que los Gil tenían un "problema para hacer llegar el líquido (el dinero b) a Andorra". "¿Se refiere al dinero malversado?", le ha preguntado entonces la fiscal. "El dinero... sí, el dinero malversado, vamos a decirlo así".

Roca ha indicado que en este caso su función fue facilitar "el traslado de capitales de Andorra a España y de España a Andorra" mediante cuentas en el principado y sus empresas radicadas en Malta. "Los del gobierno de Andorra estaban encantadísimos de que trabajásemos así". Movían el dinero de esta manera, ha dicho, porque era más cómodo. "Buscábamos la comodidad, beneficio no ha habido, era ahorrarte un viaje al mes".

"La banca estaba tan contenta", ha añadido para explicar que en ocasiones extraía dinero en metálico (entre 150.000 y 200.000 euros) de una cuenta suya en la Banca Privada de Andorra, "cruzaba la calle", y lo ingresada en la cuenta de los Gil en Credit Andorrá. "Era mecánico: pic, pic, pic", ha descrito. Preguntado por la fiscal acerca de cómo se rompió su relación con los Gil, ha afirmado que cuando dejó de haber dinero: "Era un intercambio de capital: ¿tienes? Tienes. ¿No tengo? No tengo. Es como un intercambio de cromos del colegio".

Y sobre si los otros acusados sabían por qué él movía tanto dinero, ha dicho: "Ellos sabían que yo trabajaba con José Luis Sena, que era el que me había presentado, y de hecho ellos el dinero en Valencia se lo daban al señor Sena. Entonces: blanco y en botella". Tras la declaración este viernes de los cuatro acusados, el juicio proseguirá el próximo 20 de junio.