La primera ronda de consultas del presidente de las Corts, Enric Morera, previa a la sesión de investidura de Ximo Puig el miércoles 12 confirmó el rechazo ya previsto de Vox y PP a dar apoyo. El encuentro sirvió para que ambas formaciones criticaran al tripartito que gobernará la Comunitat Valenciana y para que la derecha radical anunciara una oposición «dura» al Botànic. También para que Bonig considerara que la ronda con Morera resulta innecesaria porque el acuerdo se va a producir y Puig quedará en manos de la extrema de izquierda.

Y llamó la atención que Morera, que usa el valenciano en plenos de las Corts e intervenciones públicas, se dirigiera por segundo día consecutivo en castellano a los diputados de Vox. Ya lo hizo el jueves, cuando en los pasillos de la cámara les explicó que su presencia en las comisiones como diputados está garantizada pese a que han quedado fuera de los órganos de gobierno de las comisiones. Ayer, en la ronda de contactos, Morera les recibió en castellano y así prosiguió las conversación. A continuación, cuando llegó la lideresa del PP, Isabel Bonig, el encuentro ya fluyó en valenciano.

Vox insiste en recurrir su exclusión de los órganos de gobierno de las Corts porque en su opinión se vulnera el pluralismo político, pero es una reclamación que no tendrá recorrido porque ni es el primero ni el último partido que se queda excluido de las mesas como ocurre habitualmente en el Congreso con las formaciones minoritarias.

Ahorro de 10.000 euros

Vox también insiste, igual que Unides Podem, en que la toma de posesión de Puig prevista para el domingo 16, se celebre en día laborable para ahorrar los 10.000 euros que cuesta abrir las Corts ese día. Ese gasto es para la formación de ultraderecha «un despilfarro», aunque la portavoz, Ana Vega, es partidaria de cambiar de opinión si el gasto es asumible. Pero critica a Unides Podem, que defiende que no se abra las Corts en domingo y al mismo tiempo acepta ampliar las conselleries con el aumento del gasto en altos cargos que conlleva.

Morera también recibió a Bonig que lanzó una diatriba contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al que llamó «césar» y pidió que acuda a la toma de posesión «con la financiación y no en el Falcon».