La portavoz del Gobierno y ministra de Educación y Formación Profesional Isabel Celaá, no considera que existan «datos técnicos» que demuestren diferencias en la dificultad de la selectividad entre las comunidades autónomas, un debate que se ha abierto tras las protestas de los estudiantes valencianos y que resurge cada curso. Celáa precisó que el Ejecutivo intentará «armonizar» los criterios de corrección, pero descarta imponer una prueba única de acceso a la universidad para toda España, lo que considera que «no solventaría la situación y empobrecería el currículum». La titular de Educación considera que la prueba «funciona y ha funcionado adecuadamente». No obstante, el ministerio ya anunció esta semana un grupo de trabajo de expertos para «identificar aspectos de mejora» que disipen la actual preocupación.

Por su parte, la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas (CRUE), abogó ayer por realizar un «análisis serio» sobre «dónde puede haber divergencias» en las Pruebas de Acceso a la Universidad y ver si alguna autonomía «no marca las directrices que dicta el Boletín Oficial del Estado (BOE)», para evitar «tanta crispación».