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Entrevista

Manuel Alcaraz: "El Botànic era un sistema pensado para dos; bailar con tres un pasodoble es más complicado"

El conseller de Transparencia en funciones apunta que "lo de Compromís y PSPV ha sido un matrimonio con mucho amor con problemas internos"

Manuel Alcaraz: "El Botànic era un sistema pensado para dos; bailar con tres un pasodoble es más complicado"

¿En qué momento y por qué decidió no continuar?

Hace un año y, fundamentalmente, por razones personales y profesionales. Además, quería acallar las voces que decían que iba a ser cabeza de lista de Alicante. Pienso que es bueno que en determinadas circunstancias los políticos nos aireemos y venga gente nueva con nuevos estímulos.

¿El poder, el cargo público, engancha o cansa?

Las dos cosas. Evidentemente, engancha. Cada día tienes un estímulo aunque a veces los procesos son tan dilatados que cuando consigues el resultado se te olvida por qué lo pusiste en marcha. Y también cansa. Y depende de variables, como el carácter de la persona. Creo que los miembros de este Consell a principios de la legislatura lo pasamos muy mal porque había que poner en marcha muchas cosas. Dormíamos muy poco, prácticamente no teníamos vacaciones. Hemos sido extraordinariamente austeros y sin recompensas. Por ley, obligaría a los consellers a tener vacaciones para volver frescos y con más ideas.

¿El poder corrompe?

Eso un tópico. Hay personas que se corrompen en el poder o en cualquier trabajo y mucha gente que no. No he conocido ningún caso en este Gobierno de alguien que se haya corrompido.

¿ Ha tenido que mirar a otro lado en estos cuatro años?

Rotundamente, no. Primero, porque vocacionalmente nosotros llegábamos precisamente para no hacer eso; segundo, porque la sociedad (empresarios, funcionarios) saben que con este Gobierno no podía haber bromas de este tipo y, tercero, porque los problemas con los que nos hemos encontrado, más que de corrupción, han sido brechas en los sistemas de integridad: algún caso de incompatibilidades y luego gente reacia a presentar sus declaraciones de bienes.

¿ Cuáles son las resistencias que más le han sorprendido?

En los temas de declaraciones de bienes que afectan a todos los cargos. El 98 % han sido problemas informáticos, errores, olvidos, etc. Me ha sorprendido la reticencia de algunos cargos a poner en un papel lo que ya se sabía, como las nóminas. Es como ser demasiado exquisito a la hora de preservar la intimidad, pero sabemos a lo que venimos y si uno quiere ser político tiene que pagar ese precio.

¿ Le han tentado en alguna ocasión?

No, nunca.

Hoy está prevista la investidura del presidente y en el momento que le hago esta entrevista todo está en el aire. ¿Comparte aquello de que Compromís ha sido más generoso que el PSPV?

Hasta donde conozco, es así. Compromís está cediendo en competencias y no veo en el PSPV la misma predisposición.

El PSPV sacó mejor resultados...

Es verdad que existe una mayor desproporción de voto, pero quien tiene la presidencia tiene el mayor poder y tampoco tiene que hacer grandes esfuerzos ni darle tantas vueltas. Espero que las cosas se arreglen. El mayor problema que va a aparecer es que lo que era un sistema pensado para dos, ahora hay tres. Un pasodoble bailado por tres es complicado. Me alegro de que Unides Podemos esté en el Gobierno porque refleja una realidad. Y es verdad que la cultura del partido socialista es mucho más monolítica y hay muchos dirigentes que consideran una anormalidad que existan partidos fuertes con los que tienen que entenderse. Estamos en una etapa en la que la socialdemocracia tiene que convivir con muchas opciones. Esto va a ser un problema si el PSOE no lo entiende.

¿Vaticina entonces una legislatura complicada con este tercer actor?

Pero no por ser Podemos. Es más difícil de gestionar con tres que con dos. El mestizaje, con todas las dificultades, ha sido el gran invento del Botànic. El problema es que del mestizaje sólo se hablaba cuando salía mal y había fallos. El mestizaje es lo que en relaciones internacionales se conoce como una medida de seguridad: el otro partido tiene la seguridad de que no le voy a engañar, hay varias personas incrustradas en la conselleria que tienen toda la información.

¿Compromís y el PSPV han sido un matrimonio de conveniencia o uno con amor?

Ha sido un matrimonio con mucho amor que como todo matrimonio tiene muchos problemas internos, algunos los ha sabido gestionar bien, pero hubo uno que no: la disolución anticipada. ¿Hasta qué punto se recuperará el amor? Confío en que así sea porque hay muchas relaciones personales tejidas muy estrechas. Y una realidad que no se ha tenido en cuenta: el Botànic fue posible porque en muchos años se había forjado una cultura compartida enraizada en la crítica a una derecha corrupta. Los discursos de ambas fuerzas (PSPV y Compromís) se habían difuminado mucho en 2015. No era una cultura contra el PP sino una alternativa de cómo debía ser el País Valenciano.

¿Esa cultura sigue presente?

En buena parte sí, al menos en algunas materias, en otras no. Desde nuestra perspectiva nos preocupa que el PSOE como en otras épocas históricas al final ceda ante determinados poderes porque el argumento de conservar el poder sea más fuerte que el del cambio. Y supongo que a ellos les preocupa que otros queramos correr más de lo preciso y eso nos quite apoye social y vuelva a la derecha.

¿El adelanto electoral fue una traición?

Ni yo ni Oltra usamos ese término. Se pudo haber hecho mejor. En un Gobierno en el que se había hablado muchas cosas con confianza, muchos no entedimos que eso no se hablara. Había lealtad compartida en la discreción. Eso generó un malestar innecesario, se hizo mal. Puig debió hacerlo de otra manera.

¿Donde ve a Mónica Oltra los próximos años?

La veo siendo una de las dirigentes fundamentales del pueblo valenciano para bastantes años. Tiene experiencia, prestigio y capacidad de trabajo y se equivoca quien lo minusvalore.

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