En la víspera del primer aniversario del rescate del buque Aquarius que desembarcó en València a 629 migrantes que "huían del infierno de Libia", la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) ha pedido al Gobierno que las personas que se quedaron en España en calidad de solicitantes de asilo, finalmente puedan acceder a una "protección efectiva".

Así lo defiende Jaume Durà, coordinador territorial de CEAR PV, en declaraciones a Europa Press, quien ha explicado la situación actual de estos migrantes que sigue siendo de carácter provisional como solicitantes de asilo.

Durà ha mostrado su preocupación ante el paso del tiempo y que esto pueda provocar que al final no les concedan a estas personas ninguna protección efectiva. Una posibilidad que podría implicar que los migrantes se quedaran en España en una situación irregular "con una apertura de un procedimiento sancionador o incluso expulsarles a través de un Centro de Internamiento para Extranjeros", estima Durà.

Entre las garantías judiciales que CEAR solicita al Gobierno estaría la obtención de un estatuto de refugiado, una protección subsidiaria o una protección por razones humanitarias o excepcionales.

Esta situación es una de las preocupaciones que ha mostrado Mok Kamara, uno de los jóvenes migrantes que llegó a València hace un año. Kamara, de 25 años y procedente de Sierra Leona, ha asegurado que está "muy contento de estar en València" porque en su país ha explicado que actualmente "no hay democracia, ni libertad de expresión", pero lamenta que después de un año todavía no tiene los documentos que le permitan contar con una mayor protección legal en España. "Nos dijeron que iban a ayudarnos con los documentos lo más rápido posible. El problema del Aquarius es que es muy diferente el ahora a lo que nos dijeron entonces", afirma Kamara.

Tras la llegada del buque Aquarius a València, CEAR ha explicado las fases que llevan a cabo en un itinerario de inclusión que empiezan con ofrecer a las personas acogidas una vivienda para residir y el acceso a cursos para aprender el idioma. Kamara ha indicado que precisamente aprender español es una de sus prioridades "España no es como otros países: si no sabes el idioma es muy difícil".

El siguiente paso de este procedimiento es realizar cursos de formación para el empleo, pero CEAR insiste en que todo este recorrido es un proceso "lento y dificultoso" y que no es igual para cada migrante ya que muchos "vienen con dificultades tras su paso por Libia", defiende el coordinador de CEAR en València.

Libia es un país que hace mella en la vivencia de los migrantes del Aquarius, como es el caso de Massoudou, quien se marchó a Libia huyendo de la situación "en guerra" de Nigeria, su país de origen, por la violencia perpetrada por el grupo yihadista Boko Haram.

"Allí trabajas gratis, no tienes dinero, hay mucha gente y tampoco pueden salir a la calle porque hay problemas", explica Massodou sobre su vida durante dos años en Libia. Ante los pocos ingresos que recibía trabajando con un taxi y la situación de inseguridad, Massodou decidió ir hacia Europa.

El hecho de mejorar su calidad de vida fue la causa principal por la que Massodou y Kamara decidieron viajar hacia el Viejo Continente, y embarcarse en el Aquarius. Pero la travesía en el Mar Mediterráneo se complicó: "Entraba mucha agua y el barco se hundía y muchas personas fallecieron"; ha contado Kamara sobre este episodio de su vida que recuerda fue traumático aunque valora que gracias a su ayuda pudo salvar a una mujer embarazada, quien ahora vive junto a su hijo en España.

Ambos han asegurado la felicidad que experimentaron cuando se enteraron que finalmente España había aceptado el desembarco del Aquarius, y han recordado que en Libia dudaban poder sobrevivir: "Nuestro barco se estaba hundiendo y no podíamos desafiar el agua". Un año después de haber sido rescatados del Mediterráneo y de estar residiendo en València, los dos han confesado estar muy felices: "aquí no hay problemas como en Libia".

Por su parte, CEAR considera que pese a que la llegada del Aquarius fue "un gran gesto" y "un punto de inflexión", han indicado que un año después las personas que están en España deberían tener un reconocimiento del Gobierno y del Ministerio del Interior "tras pasar este infierno" y que les concedan una protección "que está contemplada por la ley", según afirma esta organización.

Sin embargo, todavía el Gobierno "no ha concedido ningún caso de asilo a las personas del Aquarius", ha confirmado el coordinador de CEAR PV, quien también ha mostrado su esperanza de que se cumpla esta petición de protección efectiva para que la situación vital de los migrantes del Aquarius pueda mejorar.