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Enfrentamiento

La relación entre Podem y EU echa chispas

Nueva bronca en la tormentosa convivencia por el rechazo de Pérez Garijo a dejar el acta en las Corts que sí abandona Dalmau

La relación entre Podem y EU echa chispas

El matrimonio de intereses electorales que configuraron Podemos y Esquerra Unida para acudir juntos a las autonómicas acumula una bronca tras otra. La relación es tormentosa desde el primer día y vive desencuentros constantes.

Las dos formaciones, integradas desde ayer en el segundo Consell del Botànic, ya se enfrentaron por el nombre del grupo parlamentario, Unides Podem, al que EU quiso añadirle sin éxito su apellido y días después por las negociaciones que EU mantenía con socios del Botànic a espaldas de Podemos.

En ambos casos, EU amenazó con romper el grupo parlamentario, aunque al final se recondujo la pugna y se evitó la escisión. Pero la convivencia es tan delicada que hasta la misma noche del domingo, Podemos intentó que la coordinadora de EU, Rosa Pérez, no fuera nombrada consellera.

La bronca más reciente se ha producido en los últimas horas y ha llegado por los escaños, o más bien por la renuncia a ellos. Es sabido que el vicepresidente segundo, Martínez Dalmau, abandonará en unos días su acta en las Corts y que le sustituirá la concejal de Alcoi Naiara Davó, presente ya ayer en el acto oficial de Dalmau.

Pero la desde ayer consellera de Transparencia, Rosa Pérez Garijo, no tiene intención de ceder el acta de diputada y así lo ha dejado claro, lo que ha provocado el enfado de sus socios. Pérez asegura que ella se debe a su formación y que no tiene intención de renunciar al escaño por València que tanto les ha costado obtener tras quedar fuera de las Corts en 2015. Se da el caso que en la actualidad hay seis diputados de Podemos y dos de EU, pero si Garijo dejara el escaño, el siguiente es Jaume Monfort, de Podemos, por lo que la formación morada se quedaría con siete diputados y EU con uno, la alicantina Estefanía Blanes.

Mensajes en tono arrogante

Pérez asegura que nadie de Podemos le ha pedido formalmente que deje el escaño. Pero la versión en la otra orilla es totalmente opuesta. En Podemos aseguran que llevan cuatro días solicitando una reunión y que EU no ha accedido y ha contestado a los mensajes que le enviaban en un tono arrogante que ha molestado a los morados, algo así como que el domingo se marchaban a la playa.

Fuentes de Podemos aseguran que la decisión de la diputada de EU de no abandonar el acta «mina la confianza» entre socios y critican la decisión de Pérez Garijo porque no distingue la separación de poderes (legislativo y ejecutivo) ni se aplica la política de no acumular cargos. Además, creen que deja al grupo en inferioridad ya que ella como consellera no puede atender la actividad parlamentaria, lo que obliga a un grupo ya reducido (ocho diputados) a tener un efectivo menos para realizar todo el trabajo parlamentario. Incluso añaden que el Botànic tiene 52 diputados y que si ella tiene actos en calidad de consellera en días de votaciones puede darse el caso, si se producen más bajas de diputados, que se pierdan votaciones importantes en los plenos.

Un ambiente muy enrarecido

El ambiente se ha agitado tanto que voces en Podemos aseguran que se tenía que haber roto el grupo al primer envite y que hubiera sido mejor entrar ellos solos en el Consell porque sin EU el Botànic aún suma 50 diputados y tiene mayoría absoluta frente a la derecha, lo que hubiera dejado a EU en la irrelevancia.

Mientras, la salida de Dalmau de las Corts abre el debate sobre el futuro síndic del grupo. Antes de las elecciones estaba acordado que si el candidato se iba al Consell, como ha ocurrido, el síndic sería Ferran Martínez. Sin embargo, el hecho de que Martínez vaya a quedarse como el único hombre en un grupo con siete mujeres obliga a revisar aquel acuerdo porque se envía a la ciudadanía un mensaje poco recomendable para un grupo que tiene en el feminismo uno de sus ejes.

La decisión tiene que adoptarla el Consejo Ciudadano de Podemos, pero la mayoría del grupo cree que debe ser una mujer. Una opción es Pilar Lima, la primera diputada sorda, que aceptaría encantada el cargo. También suena la diputada nueva, Naiara Davó.

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