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Entrevista

Arcadi España: "El poder no se hereda, se conquista"

El nuevo conseller, ex jefe de gabinete de Puig, dice estar habituado a las "misiones difíciles" - "Hay que abrir las puertas y hablar con todos"

Arcadi España (Carcaixent, 1974), en la sala de juntasde la conselleria. germán caballero

La planta 15 (y última) de la torre más alta del complejo administrativo 9 d'Octubre de València infunde sensación de poder. Como tener la ciudad a los pies. Quizá para contrarrestar esa imagen, en la mesa del despacho hay un libro titulado El intruso honorífico. Una de las frases subrayadas dice bastante del propietario del volumen: es una cita de Goethe que dice que si quieres tener razón, habla solo. Es su segundo día en el edificio y es lo único personal en el espacio que hasta hace poco ocupaba María José Salvador junto con otro libro sobre otra mesa: los Ensayos de Michel de Montaigne, la biblia del pensamiento libre y humanista. Es su primera entrevista como conseller. Y no lo parece.

¿El paso de la trastienda a los focos deslumbra?

El paso a la primera línea política deslumbra siempre, como en cualquier cosa que haces por primera vez.

¿Qué le dijo el presidente Puig?

Al más puro estilo presidente, me lo dijo a las 20.30 del domingo (hora y media antes de la comunicación oficial). Nos fuimos a hablar con la vicepresidenta y le dijo: «Te presento al nuevo conseller».

¿Qué dijo usted al «president»?

Que estaba muy contento y que era un honor que confiara en mí para esta tarea.

No es un área plácida.

Me envía siempre a misiones difíciles.

En lo personal, la designación ha coincidido con el aniversario de la muerte de su padre.

Sí. El día anterior se cumplían tres años de su fallecimiento. Una historia bonita es que cuando mi padre era teniente de alcalde de Carcaixent había una revista municipal que se llamaba Sénia y el periodista de esa publicación se llamaba Ximo Puig.

Un economista que tiene clara la importancia de la inversión privada al frente de la política territorial. ¿Es una declaración de intenciones?

Esta es una de las conselleries donde uno ha de tener claro que la dirección siempre ha de ser pública pero necesita colaboración del sector privado. Nos enfrentamos a un escenario de restricciones presupuestarias y tenemos que buscar recursos en Europa, en España y colaborar sobre todo con el sector privado. Y se trata no solo de gestionar más recursos, sino de gastar bien. Queda margen para ser más eficientes en el gasto público.

De su predecesora se ha escrito que se buscó problemas al no recibir a algunos empresarios. ¿Usted va a abrir la puerta?

Voy a tener una relación normal con todas las personas que quieran verme. La consellera Salvador se veía con patronales y voy a continuar esa línea. Creo que hay que hablar con todo el mundo y abrir las puertas a todo el mundo. Hay que verse con todos los actores.

¿Su designación es como la de José Luis Ábalos de ministro de Fomento: un hombre fuerte del Gobierno en una cartera que mueve infraestructuras, viaja mucho por todo el territorio y tiene mucha visibilidad?

No creo. Es una conselleria donde has de tener mucha relación con los alcaldes y el hecho del diálogo y la capacidad de interlocución con todos creo que es un hecho que el presidente ha valorado en este nombramiento.

Le toca reivindicar el 11 % de inversiones. La caída de los presupuestos de 2019 supone que ese porcentaje no se alcance. ¿Espera alguna medida compensatoria?

En este ejercicio lo veo complicado. Nosotros vamos a estar siempre reivindicando sin victimismo, porque una cosa es reivindicar un trato justo y otra utilizarlo como una coartada para borrar tus dificultades de gestión. Los problemas de los valencianos son los mismos gobierne quien gobierne en España. Eso va a ser inalterable por parte del Consell.

Va a ser un conseller reivindicativo entonces en Madrid.

Por supuesto. Eso no va a cambiar ni un ápice.

¿La lectura en clave de sucesión de Puig la ve acertada?

Ciencia ficción. Ni me lo planteo personal ni políticamente. Siempre he querido hacerlo a su lado lo mejor posible. Eso es lo que me obsesiona. Eso y dejar la conselleria un poco mejor de lo que la encontré.

Entienda que Puig ocupó con Lerma el mismo papel que usted tenía ahora y de ahí, la interpretación.

Sí, pero son casos distintos. El poder no se hereda, se conquista. Ximo Puig lo conquistó después de muchos años. Es un corredor de fondo que ha llegado dos veces a la meta y la segunda mejor que la primera.

Veremos si hay una tercera.

Es una decisión suya que tomará al final de la legislatura. No la tiene tomada ahora.

¿Cree que debería dar marcha atrás al anuncio de finalizar su etapa este mandato?

Creo que ha de valorar las circunstancias del momento y a partir de ahí decidir. No me cabe duda de que la que tome será pensando en el interés general y no en el particular de él.

¿Pronostica más fricciones internas con un Botànic de tres partidos?

Si mantenemos el espíritu del acuerdo del Botànic I, que también era de Podemos, estaremos a la altura de las circunstancias.

A usted le reservan el papel de armonizador. No le va de nuevo.

Es consustancial con mi carácter. No podría interpretar otro papel. Siempre me ha gustado escuchar a los demás y saber que la razón no está de un lado solo. No lo puedo cambiar.

¿La relación con Oltra se ha deteriorado tras cuatro años?

No. Le tengo gran admiración y aprecio personal. Es evidente que los dos partidos no somos lo mismo, y que hay momentos de cierto cansancio y fricción, pero siempre llegamos a un punto de acuerdo. Ahora veo un punto de ilusión recuperada.

Es evidente que el adelanto electoral ha dejado heridas. ¿Están curadas?

Es pasado. Había riesgos con el adelanto y sin él. Preocupaba la deriva electoral de Podemos y hemos tenido la suerte de que se hayan mantenido. El presidente arriesgó pensando que era lo mejor.

¿Acertó?

Sí. Se salvó un gobierno estable. Pensó en lo mejor para los valencianos.

¿Qué le dice el proyecto Intu Mediterráneo? ¿Se ha sido justo?

No es cuestión de justicia. Nunca es bueno que haya ruido alrededor de una inversión, pero es normal con esa magnitud. Los criterios han de ser primero diálogo y luego, cumplimiento de la ley. Si una inversión cumple todos los requerimientos legales hay que autorizarla.

¿La línea ideológica del Gobierno es de rechazo a los macrocentros de ocio?

No debería haber una división. Una inversión privada nos puede gustar más o menos. Otra cosa es que se pueda hacer porque cumpla la ley. Son dos cosas distintas. Es compatible el sector de los grandes centros con el pequeño comercio. Los dos son buenos, para tipos diferentes de clientes, y hay que buscar el equilibrio.

¿Todo vale para crear empleo

No. Todo no vale. No se puede crear empleo a costa del medio ambiente, por ejemplo. No compensa como sociedad. Pero cada vez hay más concienciación en el sector empresarial y una sociedad activa y reivindicativa.

La lógica indicaría que un gobierno de izquierdas debería ser reacio a las grandes inversiones.

Son tópicos. Si es productiva, es buena; si es especulativa, tengo mis reparos. Ser de izquierdas implica crear empleo y que sea de calidad. No veo una dicotomía. La mayor parte de empresarios han encontrado en estos 4 años un gobierno más transparente y que no les decía qué tenían que hacer. Queremos crear un ecosistema donde sea fácil invertir cumpliendo las reglas para crear empleo.

La cartera de Urbanismo en cualquier ejecutivo suele llevar también la leyenda del peaje de las comisiones.

Una de las cosas que más ha mejorado este gobierno es que ya nadie pide nada a las empresas. Es un componente a favor. La honradez es hoy un factor de competitividad de un territorio.

La derecha tumba Madrid Central. ¿Para usted este tipo de proyecto es el futuro de las grandes ciudades?

Todas las grandes ciudades europeas van en esa misma dirección. Ese camino se ha de hacer de forma progresiva y dialogando.

¿Le gusta la València de Giuseppe Grezzi?

Me gusta la València de los valencianos. Grezzi y el ayuntamiento tienen una gran motivación para hacer una ciudad más habitable y sostenible.

¿Tiene claro que la AP7 se va a liberalizar y que a los ciudadanos no les va a costar nada transitar por esta vía?

Eso me trasladan del Ministerio de Fomento. Me lo creo. La decisión política está tomada. Falta la cuestión técnica de ver cómo se aterriza.

¿Con el ministro ha hablado?

Me felicitó y no he tenido la oportunidad de hablar con él.

¿Cómo valora el transporte público en en el área metropolitana de València?

Es la zona donde más movimiento hay de ciudadanos. No había nada, porque se había desmantelado. Se ha hecho muy buen trabajo, pero queda mucho. El reto es ir a la misma velocidad de las demandas de los ciudadanos. El transporte público es algo más que fundamental.

El mundo no acaba en València. Están Alicante y Castelló.

Es fundamental una visión territorialista y global. No tenemos ninguna voluntad de ser centralistas. Somos la conselleria que debe fomentar la descentralización equilibrada.

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