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Iniciativa

Divulgar la ciencia con humor

La investigadora valenciana Mariola Penadés se proclama subcampeona del concurso FameLab

A la izquierda, Mariola Penadés, investigadora de Fisabio y subcampeona de FameLab 2019. A la derecha, David Sanfeliu, biotecnólogo de la UPV y finalista de FameLab 2019. eduardo ripoll

¿Nunca se ha preguntado por qué no escuchamos nuestros pasos pero sí los del resto de personas? ¿O por qué no somos capaces de saborear nuestra propia saliva ni de sentir el tacto de la ropa en nuestra piel? Todo esto tiene una explicación. Se llama «fenómeno de habituación», y es el proceso científico que llevó a la valenciana Mariola Penadés -doctora en veterinaria e investigadora médica en Fisabio ( Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunitat Valenciana)- a ganar el segundo premio en la final de «FameLab 2019», un certamen internacional de monólogos científicos celebrado en Madrid el pasado mes de mayo. Pero Penadés no fue la única participante valenciana.

La final también contó con la presencia de David Sanfeliu, un biotecnólogo de la Universitat Politècnica de València (UPV), que explicó por qué envejecemos y cómo afecta a nuestro estilo de vida. «Pasar a la final para mí, que ni siquiera sabía si me iban a coger, fue increíble. Con haber llegado a la finaly a he ganado», reconoce con ilusión el biotecnólogo.

El objetivo principal de este concurso es fomentar la divulgación de la ciencia y dar a conocer a los nuevos talentos. El certamen, organizado por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (Fecyt) y el British Council, consta de tres fases: preselección, semifinal y final.

De los 77 candidatos iniciales, tan solo ocho consiguieron ser finalistas. Un número reducido del que formaron parte tanto David Sanfeliu como Mariola Penadés. Esta última, además, consiguió alzarse con un segundo premio. «No me esperaba llegar hasta donde he llegado, ha sido para mí una sorpresa y un desafío personal motivante, uno de esos que te inquieta desde la ilusión y te anima a dar lo mejor de ti en cada momento», asegura la doctora en veterinaria.

FameLab se celebra en más de 30 países de Europa, Asia, América y África. Ya son más de 10.000 científicos de todo el mundo los que han participado en alguna de sus ediciones. «Es un formato atípico pero muy atractivo para el público», explica Penadés. Al hablar de «monólogo», no resulta extraño que la gente lo asocie con humor. En cambio, no precisamente es esto lo que promulga FameLab. El concurso pretende que los participantes confeccionen discursos interesantes, entendibles y entretenidos. «Creo que todos los compañeros hemos conseguido encontrar ese equilibrio entre hacerlo agradable, divulgativo, científico y riguroso», destaca la investigadora de Fisabio.

La divulgación consiste en interpretar y hacer accesible el conocimiento científico a la sociedad, de manera que todo el mundo pueda entender procesos y conceptos científicos. Sanfeliu manifiesta que «después de esta experiencia» quiere hacer la información entendible, «que la gente se lleve mensajes claros y le gusten».

El compromiso de los científicos con la sociedad es innegable. Entre muchas otras labores, son los encargados de impulsar y desarrollar la investigación científico-técnica, sanitaria y biomédica. Y todo esto requiere fondos, que, en su mayoría, proceden de las arcas del Estado. «Quiero que la gente entienda por qué es tan importante la ciencia, por qué hacemos lo que hacemos y a dónde va el dinero», explica Sanfeliu.

Neurociencia y envejecimiento

Los participantes del certamen tuvieron que realizar dos monólogos distintos, uno en la semifinal y otro en la final. Penadés centró sus discursos en conceptos del campo de la neurociencia, mientras que Sanfeliu lo hizo basándose en el envejecimiento.

En sus monólogos, Mariola Penadés es capaz de «ponerle nombre» a esos procesos que nos afectan a todos y que ni siquiera habíamos pensado que existiera una explicación científica para ellos, como por ejemplo cuando sufrimos bloqueos en situaciones de estrés o cuando tenemos una reacción emocional desmesurada (normalmente agresiva) al conducir. Se llama «secuestro amigdalino», y fue el concepto escogido por la investigadora para su intervención en la semifinal. Así, la doctora en veterinaria explicó cómo la amígdala percibe una amenaza y lleva a la persona a reaccionar de manera irracional.

En el show final, Penadés decidió continuar en esa misma línea y explicar el fenómeno de habituación, por el cual la mayor parte del tiempo no percibimos muchos de los estímulos de nuestros propios sentidos. La científica lo ejemplificó explicando el hecho de que el cerebro omita la imagen de la nariz para que no esté siempre dentro del campo de visión. «Quería que todo el mundo experimentara in situ que esto es real. Ha sido un acierto escoger temas que a todos nos afectan, porque la gente se siente identificada y ve que hay una explicación científica para comportamientos que a veces nos resultan un poco ridículos», comenta.

Por su parte, Sanfeliu trató conceptos relacionados con el envejecimiento. En la semifinal, el biotecnólogo explicó el proceso de senescencia celular. «Es una condición que las células adquieren cuando hay un daño excesivo en el organismo, como someterlas a mucho estrés», explica el experto. El científico quiso hacer entender que «es un proceso bueno» porque permite suprimir la formación de, por ejemplo, células cancerosas pero, al mismo tiempo, cuando las células senescentes comienzan a acumularse pueden producir problemas y resultar tóxicas para el resto de células.

«Quería hacer entender cómo un proceso que originalmente se utiliza para algo bueno, acaba siendo malo», afirma. Del mismo modo, en el monólogo de la final, el científico explica los principales mecanismos implicados en el envejecimiento: «hice una ruleta con los factores que intervienen para explicar que cualquier circunstancia a la que te tengas que enfrentar va a ser perjudicial», comenta.

Sanfeliu remarca que aunque haya características genéticas que influyan en el envejecimiento, «siempre hay cosas que se pueden hacer, porque al final el estilo de vida que lleve cada uno acelerará o no este proceso».

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