El 16 % del alumnado de los centros públicos de la Comunitat Valenciana proviene de entornos socioeconómicos menos favorables, un porcentaje significativamente inferior al de la media española -que alcanza el 33 % - y que se eleva hasta el 50 % en comunidades como Extremadura, Canarias y Andalucía. En el caso de los centros de titularidad privada del territorio valenciano, los niños de nivel socioeconómico menor solo representan el 6 %.

Así se desprende del trigésimo sexto «Esenciales», un análisis elaborado por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie). Los autores destacan que el alumnado de entornos socioeconómicos menos favorables para las actividades educativas representa un porcentaje «muy variable» entre las autonomías y, dentro de ellas, también hay gran diferencia entre los centros públicos y los privados.

En los centros públicos predominan los alumnos de entornos medios (60 %), mientras que la enseñanza privada atiende mayoritariamente a alumnos que cuentan con entornos socioeconómicos más favorables (el 65 % de su alumnado) y participa poco en la formación de los escolares cuyos entornos son desfavorables para la educación (8 %).

En el caso de la Comunitat Valenciana, los colegios públicos escolarizan mayoritariamente a niños de nivel socioeconómico medio (el 76 % del total), mientras que el 16 % proviene de entornos desfavorables y la cantidad más pequeña, el 8 %, de zonas más favorables. En el caso de la red de enseñanza privada, los menores de un entorno socioeconómico menor representan el 6 %, el 56 % son de entornos medios y el 38 % de los altos.

Asimismo, la valenciana también destaca por ser una de las auonomías en la que el sistema educativo es más equitativo y logra «minimizar» el efecto del contexto social en los resultados de los alumnos, pero cuenta con una de las tasas de repetición más elevada: el porcentaje de repetidores antes de los 15 años es del 40,8 % en los centros públicos, lo que se reduce prácticamente a la mitad en los privados (23,4 %), por encima de la media estatal (37,7 y 17,1 %, respectivamente). También es más elevada la probabilidad de ser repetidor en entornos menos favorables: se multiplica por 6,5.