Recién comenzado el verano, la preocupación por los efectos negativos que el calor excesivo puede tener sobre la salud se dispara. José Miguel Mansilla, profesor de Enfermería en Atención Primaria y Comunitaria y Salud Pública en la Universidad Europea, asegura que las claves para prevenir riesgos son: hidratarse correctamente, evitar la exposición directa al sol y tener un especial cuidado con los niños y los ancianos.

El profesor destaca la importancia de hidratarse con frecuencia, pero no con cualquier líquido. En plena ola de calor, lo idóneo sería no tomar bebidas con alcohol, cafeína o mucho azúcar, ya que «parece que alivian pero tienen un efecto secundario contraproducente: hacen que se pierdan más líquidos. Por este motivo, Mansilla recomienda encarecidamente tomar agua y fruta con frecuencia para prevenir la deshidratación y los golpes de calor.

El segundo consejo de José Miguel Mansilla es evitar la exposición al sol de las 12 a las 17 horas. «Se recomienda estar en casa y acondicionar el domicilio, por ejemplo, cerrando ventanas y persianas e incluso bajando el toldo si se tiene». Además, hace especial hincapié en la importancia de no realizar actividades físicas durante estas horas: «Si no se puede evitar, por lo menos hay que protegerse con gorra y gafas de sol, así como ir buscando lugares con sombra para que el sol no nos dé directo». La última recomendación consiste en vigilar exhaustivamente a los mayores y los niños. «Los más pequeños, especialmente los lactantes, se deshidratan muy facilmente», comenta. En estos casos, Mansilla recomienda extremar las pautas nombradas anteriormente.

Cómo mitigar el calor

El experto en salud asegura que la piscina es una buena solución para refrescarse, pero siempre teniendo mucho cuidado con la exposición al sol. «La piscina nos garantiza un equilibrio de temperatura corporal. Es importante refrescarnos cada poco tiempo, pero buscando la sombra e hidratándonos con agua y no con alcohol», especifica.

Con la llegada de las altas temperaturas, el agua bien fría y el aire acondicionado a temperatura muy baja parecen obligatorios. En cambio, Mancilla explica que estos hábitos «son peligrosos», ya que desequilibran la temperatura corporal y hacen que, al salir a la calle, la persona pueda sufrir un golpe de calor debido al choque. El experto recomienda poner el aire entre 22 y 26 ºC.