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Reclamación

El movimiento feminista planta cara al Botànic II y exige extender la paridad

Las asociaciones de mujeres recogen firmas para un manifiesto en el que avisan a la izquierda de su decepción por las primeras designaciones

El movimiento feminista planta cara al Botànic II y exige extender la paridad

Ni un minuto de tregua. Las principales asociaciones de mujeres que integran el movimiento feminista valenciano han decidido plantar cara al nuevo Botànic y dejar claro que no están dispuestas a callar si no hay avances claros en materia de igualdad de género esta legislatura.

Por lo pronto, este nuevo mandato (con la izquierda gobernando en las principales instituciones) arranca con déficits en la democracia paritaria, un concepto que se basa en una idea bastante sencilla de entender (si las mujeres son la mitad de la población, deben tener la mitad del poder), pero que en la práctica resulta complicada de aplicarse. Sobre todo, en aquellos ámbitos en los que las normas no llegan y el cumplimiento depende de la voluntad política.

A esta conclusión preventiva ha llegado el movimiento feminista valenciano que desde ayer está recogiendo firmas de adhesión a un manifiesto en el que se le exige al Consell y a los partidos, sobre todo a los de izquierda, que la «paridad sea un principio imprescindible en la configuración de todos los ámbitos de la decisión pública».

Piden que la representación paritaria de hombres y mujeres se dé en el Consell, pero también en todos los eslabones que conforman la dirección política de la Generalitat y los órganos dependientes, así como en el resto de instituciones, sea el que sea el modelo de elección, que es, en todo caso, responsabilidad directa de los partidos».

El manifiesto es una reacción directa a la configuración del segundo escalón, la elección de diputados provinciales y ayer mismo la elección por las Corts de senadores territoriales. El movimiento recuerda que las mujeres salieron a votar las pasadas elecciones, «y lo hicieron preferentemente a las fuerzas progresistas», pero «comprobamos», una vez más, que «las palabras son buenas, pero los hechos no les acompañan». En este sentido, recuerdan que el acuerdo del Botànic II tiene en su eje segundo el feminismo y que existe un compromiso de aprobar un nueva ley de igualdad y «políticas de fomento de la paridad». «Pero los primeros nombramientos del Consell ya decepcionan nuestras ilusiones: no se cumple ni la regla de la representación del 60/40 de mujeres y hombres, ni mucho menos la imprescindible paridad».

Las feministas recuerdan que la paridad de las instituciones políticas y económicas se considera un indicador de calidad democrática de los países y citan a Harriet Taylor y John Stuart Mill cuando dicen que «nadie representa tan bien a las mujeres como las mujeres».

Las alertas han saltado al comprobar que en los nombramientos del nivel inmediatamente inferior a los miembros del Consell (las secretarías autonómicas), dos de cada tres nombramientos son de hombres. El tripartito, sobre todo al PSPV, le tocaría nombrar sólo mujeres en las seis plazas vacantes para cumplir en este nivel del escalafón. Sin embargo, el asunto no se ha abordado en la negociación y, en principio, la idea que se baraja es que la paridad se cumpla en conjunto. Así se hizo hace cuatro años, si bien la paridad no se cumplía en las secretarías autonómicas, con solo 5 mujeres frente a 13 hombres.

Desequilibrio en la diputación

Junto a la paridad en los altos cargos, a las asociaciones de mujeres ha sentado mal el desequilibrio de sexos en la Diputación de Valencia, donde habrá el doble de hombres que de mujeres y grupos, como el PP, sin ninguna mujer. La propia síndica del PP, Isabel Bonig, lo lamentó ayer, aunque los partidos se escudan en que se trata de una elección indirecta.

El malestar creció ayer más por la elección de senadores territoriares: cuatro hombres y una mujer. El reglamento de las Corts habla de elecciones paritarias, pero en este caso puede entenderse la exigencia como aplicada a cada grupo y no al conjunto. Leyes de senadores más avanzadas como la andaluza habrían impedido propuestas como la aprobadas ayer en las Corts.

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