La Generalitat ha presentado hoy la cuenta general del ejercicio de 2018 donde se han reducido las pérdidas un 38% respecto a 2011. Aún así, el saldo es negativo y llega a los 840 millones, una cifra que ha bajado respecto a los últimos años pero que sin un sistema de financiación adecuado no podrá ser un dato positivo.

Así lo ha explicado el conseller de Hacienda Vicent Soler en rueda de prensa tras el pleno del Consell. Ha hecho hincapié en la "ruina en diferido" con la que carga la Administración de deudas pasadas, principalmente generadas por el Consell del PP.

Entre otras, destaca la deuda de la antigua Canal 9, que llega a los 1.410 millones de euros y a las "provisiones y compromisos" derivados del pago de sentencias judiciales del PP, como la demolición de las torres de Benidorm (43 millones), la devolución de ingresos indebidos en Igualdad (52 millones) e impagos del Ibi de edificios públicos (5 millones).