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El viento del este mitiga el calor pero arrastra medusas a la costa

El Instituto de Ecología Litoral facilita a 56 ayuntamientos costeros valencianos las predicciones de oleaje, vientos y corrientes por la alta probabilidad de que lleguen ejemplares del clavel del mar

El viento del este mitiga el calor pero arrastra medusas a la costa

El viento de Levante mitiga estos días la ola de calor que afecta a media Europa, pero aumenta bastante la probabilidad de que lleguen a las costas enjambres de «Pelagia noctiluca». Conocidas popularmente como clavellines o clavel del mar, estas medusas pueden alcanzar un diámetro de 6 centímetros. Es una de las más comunes en aguas valencianas y su veneno, como una quemadura, es el que causa mayores molestias. Su pequeño tamaño, unido a su aspecto translúcido, con tentáculos largos y muy finos, contribuye a que los bañistas perciban su presencia cuando la picadura ya se ha producico. Desde el Instituto de Ecología Litoral se ha ya activado el canal de información a 56 ayuntamientos costeros de la Comunitat Valenciana, con la emisión de boletines que incluyen las predicciones de oleaje, vientos, corrientes y la posible presencia de determinadas especies en las playas.

Juan Guillén, biólogo marino y responsable de la campaña de medusas, recuerda que se trata «de animales planctónicos, y como tales llevan una vida errática en las masas de agua, desplazándose a la deriva según las corrientes marinas». «Las evidencias de los últimos años indican que las poblaciones han aumentado en abundancia en todos los océanos del mundo y los blooms (brotes de decenas a cientos de ejemplares por metro cúbico) ahora se producen con más frecuencia en muchos mares», señalan desde el IEL, dependiente de la Conselleria de Medio Ambiente y Emergencia Climática. Además, se hace hincapié en la «creciente alarma social» por las molestias a los bañistas, «con el consiguiente perjuicio que ello pudiese conllevar a un sector socioeconómico tan relevante como el turístico».

La presencia de medusas en las costas valencianas es un hecho habitual a lo largo de todo el año. La mayor afluencia de usuarios en período estival lleva a la sobrevaloración y, por contra, a una infravaloración durante otoño e invierno. Las fluctuaciones las achacan los investigadores a alteraciones en la estructura trófica de los ecosistemas marinos por la sobrepesca, y a los efectos hidroclimáticos. «La temperatura del mar puede influir en los ciclos de vida de las medusas y también en su rendimiento reproductivo», tal como recoge el informe del IEL, que cita a Jennifer Purcell, una de las mayores expertas mundiales.

De junio a septiembre de 2018, destacó la presencia preestival de «Chysaora hyoscella» (medusa compás), seguida de un pico estival de «Pelagia noctiluca». En Santa Pola también se detectaron ejemplares de «Olindias phosphorica» (medusa cruz), para observar mediado el verano algunos de «Rhiizostoma pulmo» (pulmón del mar) y a finales de la campaña estival se recibieron alertas por «Cotylorhiza tuberculata» (huevo frito). En septiembre se produjo un segundo pico de noctiluca. En el caso de la «Olindias phosphorica» prolifera en playas más o menos cerradas, con escaso hidrodinamismo y habitualmente cerrada por diques artificiales. A finales de primavera suelen darse blooms puntuales de «Velella velella» (o hidromedusa velera) y en determinados años se observan ejemplares aislados de «Physalia physalis»(carabela portuguesa), al igual que de «Aequorea forskalea», «Carybdea marsupialis» o «Mnemiopsis leidyi».

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