La izquierda ha vuelto a gobernar la Diputación de Castelló tras 24 años en la oposición. El PP deja paso ahora al alcalde de Sueras, Josep Martí, que encabeza un gobierno de coalición entre el PSPV y Compromís.

Así, la corporación asume el modelo botánico en plena sintonía con la Generalitat, como se esforzaron en remarcar tanto Martí como el presidente Ximo Puig, que asistió a la toma de posesión junto a la alcaldesa de Castelló, Amparo Marco. Los socialistas aportan 12 escaños mientras que Compromís lo hace con dos. Todos ellos votaron a Martí, lo que le granjeó la mayoría absoluta. Por su parte, los 11 diputados del PP y los dos de Ciudadanos apoyaron a sus respectivos candidatos.

Martí hizo hincapié en que es la primera vez en la historia de la diputación que estará presidida por un alcalde de un pueblo pequeño, «puesto que entendemos que hay que dar visibilidad al interior de Castelló y trabajar para frenar la despoblación», dijo.

Como ayer hizo evidente, será uno de los ejes de su gobierno. Se trata de combatir clichés de los rural, para que no se asocie únicamente con lo agrario. Martí se propuso impulsar un cambio «cultural y de mentalidad» para que el interior de la provincia se identifique con el bienestar, la calidad de vida, la naturaleza o la salud. «Aquí está la batalla y vamos a tenerla», afirmó.

El nuevo presidente es profesor catedrático de Filosofía y la tarea educativa la prolongará en la institución. En su discurso, apuntó que la política «puede ser una forma de educación y de pedagogía». Martí tuvo un reconocimiento para los compañeros que le han precedido en la diputación y al último presidente socialista, Francisco Solsona. A Javier Moliner, quien le entregó la vara de mando tras cuatro años como presidente, le agradeció la predisposición al consenso, al acuerdo y al pacto. Casi como anécdota, Martí aseguró que los socialistas rompen «el orden natural de las cosas» porque se da la situación de que Moliner fue su alumno en el IES Penyagolosa. «Hemos conseguido que sea el maestro el que venga a sustituir al alumno», bromeó.

En su primera intervención como presidente, en el discurso de Martí no faltaron referencias hacia figuras y términos del mundo de la filosofía, todo con un tono humorístico y desenfadado, visiblemente contento y con agradecimientos constantes a diputados presentes y pasados. Mientras, el presidente Puig valoró que los ciudadanos hayan apostado por el cambio. Subrayó la necesaria alianza «efectiva» entre instituciones. En este caso, Puig señaló que hay que avanzar en la «cooperación» para atender retos como la despoblación o la atención para que todos los ayuntamientos «dispongan de los servicios públicos de calidad que merecen los ciudadanos».

Una negociación «exprés»

La investidura se ha producido apenas 24 horas después de sellar el pacto de gobierno. En cuestión de una semana, PSPV y Compromís han mantenido dos reuniones que han servido para llegar a un acuerdo. Siempre se ha dado por hecho que se firmaría un acuerdo entre ambas fuerzas. Así, ayer se determinó que Compromís se quedaría con las competencias de Transición Energética, Ciclo Integral del Agua y Residuos, así como las áreas de Promoción Económica, Formación y Ocupación y Programas Europeos. El PSPV asumirá el resto de departamentos.

La sintonía en Castelló poco tiene que ver con la situación en València. Los negociadores están a expensas de ver qué sucede en el Ayuntamiento de València y si Ribó cede espacio al PSPV. De eso dependerá los términos que los socialistas utilicen para negociar y ya han amagado con un gobierno en solitario sin Compromís.