El Club Mercantil Diario Levante acogió el jueves el OpenMind de BBVA, en el que dos expertos de nivel mundial reflexionaron en València sobre la Inteligencia Artificial, el Big Data y la robótica aplicada a diversos campos del conocimiento científico y sanitario, y particularmente, a la banca.

El acto presentado por Lluís Sanchis de Levante TV contó con la colaboración de Prensa Ibérica y Levante-EMV, y permitió al público emocionarse con los avances e investigaciones de Kevin Warnick, experto en inteligencia artificial y robótica; y con las experiencias y reflexiones de Luis Javier Blas, CIO & Head of Data de BBVA. La directora de Levante-EMV Lydia del Canto introdujo a los ponentes y la tertulia posterior. Tal como resaltó en la presentación el director de la Territorial Este de BBVA David Conde, «OpenMind habitualmente está en Madrid o Barcelona, por lo que traer este evento a València significa poner a nuestra ciudad en el mapa».

OpenMind es una plataforma online de BBVA «en la que 300 expertos de todo el mundo aportan sus avances e investigaciones de manera altruista». Es «una comunidad del conocimiento» y «un proyecto sin ánimo de lucro de BBVA para generar conocimiento y divulgarlo». Todo estos científicos y especialistas, «comparten conocimientos e innovaciones, y sobre todo, nos explican cómo van a impactar en nuestra sociedad y en la economía». Además, bajo el paraguas de OpenMind se organizan una serie de eventos divulgativos que en este caso «por primera vez se celebra en València, lo que supone un valor añadido».

En BBVA, subraya David Conde, «estamos alineados con la innovación y con la comunidad científica porque identificamos que la investigación y la tecnología crean oportunidades». De ahí, iniciativas como OpenMind o la apuesta firme por la incorporación dela Inteligencia Artificial al funcionamiento interno del banco y a su relación diaria con los clientes. En concreto, el CIO y Head of Data de BBVA Luis Javier Blas explicó que el grupo bancario inició su transformación tecnológica hace más de una década para lo que se hizo necesario «cambiar la cultura interna y la forma de trabajar a todos los niveles».

La evolución experimentada tiene su mejor ejemplo en cómo ha variado la forma de relacionarse del banco con su cliente. No en vano, durante dos ejercicios seguidos, la App de BBVA ha recibido el premio Forrester a la mejor de 2017 y 2018 en todo el mundo; y en 2019, tras lograr el galardón en Europa, aspira a conseguirlo también en el ámbito mundial. Según Luis Javier Blas, «esta App tiene más cosas de las que el cliente puede necesitar o buscar» pero su mayor éxito reside en que «resulta sencilla y fácil de utilizar» y en ese sentido, «vamos a seguir invirtiendo mucho para mejorar sus capacidades».

Luis Javier Blas especificó que BBVA ha puesto a disposición de sus clientes «todo un set de herramientas» que se han desarrollado mediante el Big Data y la Inteligencia Artificial. Todo ello les ha permitido lanzar una serie de App's que les facilitan la vida a sus ahorradores, accionistas e inversores como BBVAValora View, para comprar pisos y casas; BBVA Smart Pay para cobros y pagos; BBVA Net Cash, para la gestión financiera de los negocios; o recursos tecnológicos como BBVA Future Planner y BBVA Invest para gestionar planes de pensiones y fondos de inversión, respectivamente.

En definitiva, la meta es «ofrecer productos bancarios cada vez más personales a nuestros clientes y darles más herramientas que mejoren su bienestar», señala. Por ende, el ritmo de «la digitalización» es imparable, lo mismo que la generalización de las nuevas tecnologías para los usuarios de banca. «Ahora mismo tenemos tantas consultas de los clientes en julio como en mayo, o como yo digo el banco abierto 24 horas», subraya el directivo de BBVA. Esto es posible por las App's y porque cuando se inició la revolución digital «apostamos primero por el móvil», como dispositivo principal para operar entre clientes y banco.

Sin embargo, los avances tecnológicos y digitales no se detienen ahí. El miércoles, BBVA inauguró la factoría de Inteligencia Artificial de la compañía para continuar con los desarrollos que redunden en la interacción con los usuarios. En este sentido, «la exigencia de nuestros clientes y de nuestra sociedad es nuestro reto en BBVA», subrayó. Y abundó, «creemos que la siguiente frontera son los asistentes de voz porque tal como ha ocurrido en EEUU se van a multiplicar exponencialmente, por eso el próximo hito que queremos poner a disposición de nuestros clientes es el asistente inteligente».

Warwick: El Cyborg de Reading

Kevin Warwick llenó el Club Mecantil Diario Levante con sus investigaciones nacidas de la cibernética aunque superan en muchos casos a las películas de ciencia-ficción que conocemos. Este sabio de la robótica, los cyborgs y la Inteligencia Artificial es una figura mundial irrepetible. Es un extraordinario comunicador y como buen inglés tiene además un humor muy británico. Por ende, tiene en su cuerpo varios implantes por eso se llama a sí mismo el cyborg.

Warwick es profesor de Cibernética en la Universidad de Reading y recibió doctorados superiores del Imperial College y de la Academia de las Ciencias checa en Praga, así como otros seis doctorados honorarios. Ha sido galardonado con el Premio The Future of Health Technology del MIT, entre otras prestigiosas instituciones.

Primero se implantó un chip de radiofrecuencia en su mano mediante el cual controlaba la iluminación y otros dispositivos de su despacho y después, un grupo más complejo de electrodos en el brazo.

En València explicó algunos de sus experimentos más revolucionarios. Entre otros, los que han requerido que le hagan implantes en su propio cuerpo y en el de su mujer. Como explica en uno de sus artículos de OpenMind, ha logrado «una forma primitiva de comunicación telegráfica directa entre los sistemas nerviosos» de ambos. «Así cuando yo estaba en la universidad y estaba tranquilo, en el collar de mi mujer, se veía un color azul, en cambio si me ponía nervioso, entonces aparecía un color rojo», relató en el Club Mercantil Diario Levante.

Con estas simbiosis entre la cirugía, la robótica, la cibernética y la medicina pueden lograrse mejoras evidentes de las capacidades sensoriales y cognitivas del ser humano pero también hay aplicaciones terapéuticas y médicas que ofrecen un éxito incuestionable.

En este campo clínico, Warwick ha inventado un estimulador cerebral para contrarrestar los efectos de la enfermedad de Parkinson que puede pronosticar los temblores y aplicar corrientes para detenerlos antes de que comiencen.

También es conocido por conectar el sistema nervioso directamente con un ordenador para mejorar la movilidad de las personas discapacitadas. «Conecté mi sistema nervioso a Internet, y podía abrir mi mano en Nueva York, y conseguir que se pudiera mover un brazo robótico en Inglaterra», comentó.

Con sus alumnos, está investigando cómo incrementar las capacidades sensoriales del individuo y acercarlas al máximo a las capacidades cerebrales. Así por ejemplo, si se coloca un receptor ultrasónico en una gorra, este dispositivo es tremendamente útil para una persona ciega, «ya que le permitirá detectar a otras personas u objetos móviles que se aproximan a ella» pero en personas no invidentes «estaríamos creando el sexto sentido» ya que la persona en cuestión aumentaría sus poderes sensoriales. Pero el gran reto del futuro, «es la comunicación telemática, cerebro a cerebro, aunque puede ser peligrosa en caso de ser interceptada».

Otro de sus proyectos conlleva el uso de neuronas biológicas para dirigir robots. El caso más asombroso es un pequeño robot dirigido con neuronas de ratas, que a las pocas semanas ya aprendía y se adaptaba al medio. Pero ¿qué ocurre cuando el robot tiene un cerebro biológico hecho con células cerebrales (neuronas) y posiblemente incluso a base de neuronas humanas? Aquí se plantean una serie de cuestiones éticas que requieren respuestas directas, según apunta el propio Warwick. Como que esos robots humanoides «tendrían derechos incluso deberían votar» contra el Brexit, como querría el eminente doctor.