Noches tropicales de 20 grados como antesala de la ola de calorque dejará en puntos de la Comunitat Valenciana temperaturas de hasta 42 grados. Este es al menos el panorama que arrojan las temperaturas mínimas de la pasada madrugada. Según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), en la provincia de Castelló los termómetros no han bajado de los 22 grados en Vinaròs y de 20 en la capital de La Plana, quedándose en valores muy próximos con los 17 de Castellfort y los 15 de Segorbe.

En la red de estaciones de la provincia de Valencia, el mercurio también alcanzó lo 20 grados en la capital, uno más que en el aeropuerto de Manises, Polinyà del Xúqer y Oliva. En Xàtiva y Rojales, la sensación fue de bochorno con 21 grados (tres más que el lunes). En Alicante ciudad y El Altet se registraron 19 de mínima y 16, en Pinoso.

En cuanto a las máximas de ayer, las más destacadas se registraron en la provincia de Castelló con 30 grados en Vinaròs, 29 en Castelló ciudad y Segorbe y 28 en Castellfort, según los datos de la Agencia Estatal de Meteorología. En la provincia de Valencia, las máximas más significativas fueron los 33 grados en Utiel, los 31 en Xàtiva, los 28 en Manises y los 27 en València ciudad, Polinyà y Oliva. Según Aemet, las temperaturas máximas más destacadas registradas en la provincia de Alicante han sido los 32 grados en Pinoso, los 29 en Xàbia, Alicante y El Altet, y los 27 en Rojales.

La previsión para hoy en el territorio valenciano habla de calima o polvo en suspensión, con las mínimas en ligero ascenso y las máximas en ascenso especialmente en Alicante, con pocos cambios en el resto. Predominará el cielo despejado, con intervalos de nubes bajas o neblinas matinales según los pronósticos.

Alerta también en Europa

La ola de calorse extenderá estos días al resto de España, pero también a Europa, donde los gobiernos de países como Francia, Reino Unido, Holanda y Alemania han alertado a sus respectivas poblaciones para que adopten medidas que palíen los efectos sobre la salud. Francia, por ejemplo, afronta como una verdadera emergencia nacional la ola de calor, para evitar lo que ocurrió en el 2003.

Entonces un episodio canícular causó la muerte de unas 15.000 personas, de ahí que se estén habilitando salas refrigeradas en edificios municipales.