Podemos y Compromís evidenciaron ayer las rencillas políticas entre ellos a costa de la tasa turística. El portavoz de la coalición, Fran Ferri, reabrió el debate que siempre resulta incendiario a favor de la aplicación del impuesto. Según señaló, Compromís permitirá que los ayuntamientos donde gobiernan tengan libertad para fijar la tasa que consideren sus alcaldes sin chocar contra la normativa autonómica que, de hecho, no existe tras varios bloqueos en las Corts.

La posición de Ferri caldeó los ánimos de los morados, que han hecho de la tasa turística una de sus banderas en la última legislatura. El secretario general, Antonio Estañ, recordó a Ferri los esfuerzos de los morados por sacar adelante una iniciativa que no apoyaron ni PSPV. Por eso, ayer criticó que ahora «se quiera aprovechar la coyuntura por parte de quienes no lo han hecho, no me parece serio».

El malestar en ambos grupos se dejó ver en la red. La portavoz en las Corts por Unidas Podemos, Naiara Davó, tiró de ironía y calificó de «fantástica noticia» que Compromís se sume a reconocer la medida impositiva propuesta por Podemos. Ferri salió al paso y explicó que no se encontró un modelo de consenso, por lo que llamó a intentarlo de nuevo en el Botànic II, donde paradójicamente la tasa turística no se ha registrado en ninguno de los ejes. Unidas Podemos lo intentó pero ante la conflictividad de la medida, los tres grupos la relegaron de nuevo al poder legislativo, como aseguró el vicepresidente segundo Rubén Martínez Dalmau a Levante-EMV. «Lo que planteamos es volver a intentarlo y no dejarla en el cajón», le dijo Ferri. Davó sentenció: «Mirad a ver quién son los del cajón».

Davó marcó terreno, como todos los de su partido, que salieron en tromba a defender lo que creen que es suyo. El diputado Ferrán Martínez recordó los esfuerzos del grupo por incluirla en el nuevo acuerdo programático y cómo se quedaron solos hasta por incluir una redacción «mínimamente reconocible de la propuesta». La exconcejala del Ayuntamiento de València por Compromís, Isa Lozano, también calentó la conversación al defender la tasa y cuestionar el apoyo de PSPV y Podemos por miedo. También por alusiones apareció el portavoz socialista Manolo Mata a defender su postura: ofrecieron un impuesto municipal discrecional para los ayuntamientos sin que fuera una imposición, pero se rechazó.

La batalla lleva años en las Corts estancada. Podemos la ha sacado a la palestra en cada ocasión que ha podido, sobre todo desde que Antonio Estañ asumió la portavocía del grupo. Llegaron incluso a ser desleales con el pacto del Botànic y se abstuvieron en la aprobación de la Ley de Acompañamiento a los presupuestos de 2018 porque el impuesto no se contempló, y la ley se salvó por el apoyo del grupo de los no adscritos, liderados por Alexis Marí, quien ayer volvió a mostrar su apoyo por la tasa. Recordó el estudio que el diputado podemista David Torres elaboró para justificar la tasa, que calculaba un retorno económico de unos 40 millones de euros. Un argumento insuficiente para el PSPV, que siempre ha argumentado su posicionamiento en que no hay consenso el sector turístico ni entre la patronal de hoteleros Hosbec.