El pasado 19 de junio la UNESCO declaraba a dos territorios valencianos nuevas Reservas de la Biosfera, por lo cual fueron incluidas en la Red Mundial de Reservas mediante decisión del Consejo Internacional de Coordinación del Programa MAS, de dicha institución internacional.

Nos referimos al Alto Turia y al Valle del Cabriel. Una esperada y deseada noticia no solo porque se trata de las dos primeras Reservas de la Biosfera reconocidas en el territorio de la Comunitat Valenciana, sino por las oportunidades que a partir de esa fecha se han creado para ellas y para sus respectivos entornos territoriales.

Un medio físico similar

De un primer análisis del espacio geográfico que acoge ambas Reservas de la Biosfera valencianas (R.B.V.) el Alto Turia y el Valle del Cabriel, podemos concluir que se trata de áreas geográficas con numerosas semejanzas: (a) Predominio de ambientes fluviales, especialmente para las «áreas núcleo» de ambas reservas: un tramo del río Turia y gran parte de la cuenca del río Cabriel, afluente del Júcar. (b) En ambos casos, se trata de sectores del tramo alto o medio de ríos de la cuenca mediterránea, en donde se alternan valles estrechos con angostos cañones en los cuales los ríos discurren encajados. (c) Las características climáticas, tanto térmicas como pluviométricas, obedecen a un clima mediterráneo (templado de verano seco) con notables rasgos de continentalidad (amplitud térmica elevada y precipitaciones no abundantes). (d) Una gran variedad de paisajes, condicionados por la geomorfología, la geología y la hidrografía. (e) Y una gran biodiversidad, en especies tanto en flora como en fauna, que corresponden al dominio mediterráneo.

De hecho llama la atención que ambas Reservas de la Biosfera son espacios geográficos contiguos, concretamente en el sector que discurre entre el sur del Rincón de Ademuz (Santa Cruz de Moya) y el embalse de Benagéber.

Un territorio rural condicionado por la despoblación

Las similitudes entre ambas Reservas de la Biosfera se reproducen en sus respectivas dimensiones humana y social. No hay ciudades. No hay núcleos de población destacados. Desde décadas se experimenta una continua sangría humana que ha dado lugar a la despoblación, al proceso de envejecimiento, al descuento para que algunos de los pueblos desaparezcan.

La Reserva de la Biosfera del Alto Turia comprende los términos municipales de ocho municipos que tienen como eje de unión un tramo del río Turia, que según discurren sus aguas son: Casas Altas, Casas Bajas (Rincón de Ademuz), Santa Cruz de Moya (único municipio no valenciano, Cuenca), Aras de los Olmos, Titaguas, Benagéber, Tuéjar y Chelva. Suman unas 67.079 hectáreas y tan solo 4.200 habitantes. Es decir, un territorio con apenas 6,2 habitantes por kilómetro cuadrado. Seis de los municipios no superan los 500 habitantes.

Una situación de despoblación que no ha parado. En los últimos 20 años (1999-2018) se ha perdido una quinta parte de su población. Además, en la última década ningún municipio del Alto Turia ha experimentado un crecimiento positivo, las defunciones superan a los nacimientos, y las emigraciones a las inmigraciones.

Un proceso de envejecimiento imparable, como consecuencia del éxodo rural continuo. El índice de envejecimiento es alto: hay municipios en donde la proporción de mayores de 64 años quintuplica al grupo de jóvenes (menores de 16 años).

En la Reserva del Valle del Cabriel la situación no es diferente. Se trata de un territorio más extenso que el Alto Turia, prácticamente lo sextuplica, pues ocupa unas 421.765 hectáreas. Está integrado por 52 municipios, de los cuales solo 10 superan los 1.000 habitantes. Hay un predominio de municipios pequeños, que albergan en total unos 27.300 habitantes. La mayoría de esos 52 municipios se hallan en Castilla-La Mancha, 43 (6 en Albacete y 37 en Cuenca), mientras que en Aragón y la Comunitat Valenciana solo se hallan 5 y 4, respectivamente. La densidad de población es muy baja, apenas 6,2 hab/m2.

Sin embargo, la superficie de la Reserva de la Biosfera del Valle del Cabriel en el territorio valenciano representa el 18 % del total. En éste predominan los municipios pequeños, con menos de 1.500 habitantes (salvo Requena, cuyo núcleo de población se encuentra fuera del límite de la Reserva). Son Camporrobles, Caudete de las Fuentes, Venta del Moro y Villargordo del Cabriel, que han experimentado un retroceso demográfico al menos en los últimos 20 años (1999-2018), con unos valores de disminución que representan entre el 15 % y el 25 %. El proceso de envejecimiento es común en ellos. El índice de envejecimiento se halla entre los 237 de Camporrobles y 400 de Villargordo del Cabriel. Es decir, la proporción de mayores de 64 años duplica o cuatriplica al grupo de jóvenes (menores de 16 años).

La Reservas de la Biosfera, una oportunidad para el desarrollo sostenible económico y social

Las Reservas de la Biosfera, declaradas por la UNESCO, son territorios cuyo objetivo es armonizar la conservación de la diversidad biológica y cultural y el desarrollo económico y social a través de la relación de las personas con la naturaleza. De la misma manera son también lugares de experimentación y de estudio del desarrollo sostenible. Se establecen sobre zonas ecológicamente representativas, incluso de valor único, en las cuales la integración de las sociedades locales y sus actividades con la conservación son esenciales. Es el caso del Alto Turia y el Valle del Cabriel, pues ambos casos son referentes de espacios fluviales con una contrastada riqueza biológica, en los cuales se ha desarrollado una cultura basada en las actividades agropecuarias, origen de un rico y variado patrimonio rural.

Un territorio estructurado y organizado. Para ambas Reservas se ha establecido una zonificación interna, que facilita su gestión. (a) La zona núcleo, constituida por los ecosistemas mejor conservados y más representativos, que coinciden con los fluviales. (b) La zona de amortiguación o tampón, que comprende territorios que rodean y protegen a las zonas núcleo. (c) La zona de transición, en ellas se pueden desarrollar actividades agrícolas y se localizan asentamientos humanos. Para el Alto Turia y el Valle del Cabriel se han establecido las siguientes zonificaciones:

Cabe destacar que la zona núcleo del Valle del Cabriel corresponde mayoritariamente al Parque Natural de las Hoces del Cabriel, en la provincia de València, con 31.446 ha, y algunos espacios naturales de la Red Natura 2000.

Un territorio sostenible. Las Reservas constituyen espacios en los cuales se pretende la conservación de los recursos naturales, paisajísticos, ecosistemas y especies, y compaginarla con el desarrollo socioeconómico mediante acciones respetuosas con el medio natural y cultural. Se pretende alcanzar un equilibrio entre tradición y desarrollo territorial, para lo cual es necesaria la conservación de los sistemas tradicionales de uso de la tierra (agricultura, ganadería, silvicultura) pues son el resultado de siglos de experiencia humana, un excelente «know-how» para el fomento de la productividad y del carácter sostenible que les caracteriza.

Un territorio de investigación y experimental. La investigación en ambas Reservas permitirá identificar modelos de uso del territorio que faciliten el bienestar de las sociedades locales sin que ello suponga perjuicio ni degradación del medio natural. Para lo cual se tendrán que realizar los correspondientes ensayos y experiencias basados en recursos naturales y en el capital humano de esos municipios del interior. Nos referimos al desarrollo de actividades relacionadas con la agricultura, la transformación industrial, el turismo o las posibilidades de energías alternativas, por ejemplo.

Un territorio para la formación. Las Reservas se configuran en magníficos contenedores de información para la educación ambiental y de intercambio de conocimientos, relativos a la conservación y desarrollo sostenible a nivel local, regional, nacional y global.

Un territorio para la participación y el pacto. La población local del Alto Turia (8 municipios) y del Valle del Cabriel (4 valencianos) deben integrarse en los procesos que acompañen al desarrollo de ambas Reservas, incluso en la toma de decisiones. Sus responsables políticos deben tener la capacidad para facilitar mecanismos de participación y colaboración de los actores locales y de la sociedad en general. Un reto para la creación de plataformas sociales que favorezcan la gobernanza de estos territorios del interior valenciano.

Un territorio de dimensión internacional. Las Reservas de la Biosfera del Alto Turia y del Valle del Cabriel forman parte ya del programa «Hombre y Biosfera» (MAB) de la UNESCO. Es decir, eslabones de una cadena mundial de territorios con un reconocimiento transnacional, una Red Mundial que facilita una imagen relacionada con la excelencia y la sostenibilidad.

Una marca territorial, la oportunidad de la diferenciación. En un escenario dominado por la globalización y por la competencia entre territorios, en donde sus especificidades establecen las diferencias, hay que ser conscientes que la declaración de las dos nuevas Reservas de la Biosfera, las dos primeras valencianas, las dos relacionadas con medios fluviales representativos de nuestra geografía y de nuestro territorio, las dos vinculadas con procesos sociales inmersos en la despoblación, constituye un excelente reclamo para diversos colectivos y estamentos. La Administración pública local y regional, los centros de investigación, los emprendedores, y en particular la población local, cuentan con un excelente «capital» fundamentado en el territorio. La capacidad de gestión de sus responsables determinará la dimensión real de esas oportunidades.