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Salarios

El Consell rehúsa subirse sueldos pero pide ordenar las retribuciones

Planea una comisión parlamentaria para racionalizar los salarios de cargos, ediles y diputados

El Consell rehúsa subirse sueldos pero pide ordenar las retribuciones

Debate en ciernes. ¿Es lógico que un concejal de la oposición en València gane más que un conseller? ¿Es defendible que el presidente de las Corts gane casi 20.000 euros brutos más al año que el jefe del Consell? En el caso del alcalde de València, son diez mil euros más que Ximo Puig. ¿Y puede ser que los síndicos de los grupos parlamentarios ganen más que los consellers? Las comparaciones son odiosas cuando se trata de dinero, pero los resultados llaman la atención. Hay un caso especialmente flagrante para el ejecutivo valenciano: el de los directores generales, cuyo salario es inferior al de los subdirectores generales, que ya quedan fuera de la lista de alto cargos y son el rango más elevado en la escala funcionarial. Puede darse el caso extremo así de que si Puig, Mónica Oltra o Rubén Martínez Dalmau decidiera hacer director general a un subdirector este tendría que perder dinero.

El debate es recurrente, habitual en conversaciones políticas privadas, pero sin consecuencias prácticas. En los últimos cuatro años el ejecutivo no ha adoptado ninguna medida al respecto. Y no tiene previsto cambiar ese rumbo, al menos en los próximos meses. Fuentes del Consell aseguran a Levante-EMV que no está previsto un aumento salarial al menos en la cúpula del ejecutivo (presidente, vicepresidentes y consellers), como sí han planteado otras instituciones (el Ayuntamiento de Alicante, por ejemplo).

El asunto de las direcciones generales lo dejan abierto, aunque el contexto parece el menos apropiado para una decisión que siempre es impopular. El primer Consell tripartito acaba de aprobar la estructura oficial más amplia del gobierno autonómico, con 137 altos cargos y 116 asesores. Ha sido objeto de fuertes críticas por ello de la oposición conservadora y parte de la prensa, si bien el Botànic alega que el coste es del 0,03 % del presupuesto total de la Generalitat, que el aumento es necesario para una mejor gestión (los principales sindicatos lo respaldan en este argumento) y que el gasto es inferior aún al que tuvo el último gobierno de Francisco Camps: 13,3 millones incluyendo asesores frente a 13,7 en los presupuestos de 2011.

El Consell de Puig optará por la solución prudente, pero sí que quiere empezar a mover conciencias sobre los sueldos de la democracia. La idea que barajan en Presidencia es la de una comisión parlamentaria en las Corts para racionalizar las retribuciones de cargos electos y de responsables públicos y asimilados.

Se trataría de esta manera de analizar los salarios y sentar las bases para una ordenación de las remuneraciones. De todos modos, las observaciones finales difícilmente podrían pasar de unas meras recomendaciones al entrar en competencias municipales y provinciales.

Al menos, el informe final dotaría de argumentos al ejecutivo para una subida salarial que evitara los agravios actuales con otras instituciones e incluso con otros gobiernos autonómicos.

Uno de los objetivos es también sentar un criterio sobre las excepciones retributivas para ciertos cargos públicos. Ahora se dan, por ejemplo, en los honorarios del responsable de la ópera de València, pero no en la dirección de los grandes hospitales, señalan las citadas fuentes.

Con Alberto Fabra empezó todo. En plena recesión y con las tijeras del Gobierno central a pleno rendimiento para controlar el déficit, el ejecutivo acordó bajar el sueldo del expresidente y que los cargos públicos no cobraran más que él. Juan Cotino, entonces mandatario en las Corts, se aplicó la medida, pero el ejemplo no fue más allá. Como consecuencia de estas decisiones, los salarios del Consell están en la zona media del ránking autonómico.

El presidente catalán es el que más cobra (se acerca a los 150.000 euros), seguido del vasco y del aragonés. La Rioja, Galicia, Extremadura, Canarias y Navarra también tienen retribuciones para sus mandatarios superiores a las de Puig, según los datos de 2018. Habrá que ver qué pasa al final de legislatura si la comisión parlamentaria se constituye y llega a algún pronunciamiento.

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