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Tribunales

Una mujer denuncia por "agresión" a los vigilantes de un centro comercial

Afirma que la golpearon porque «soy extranjera e intenté defender a mi hijo con discapacidad»

El parte médico de Carolina Reyna indica una lesión cervical y policontusiones. levante-emv

Le han gritado en más de una ocasión «inmigrante, vete a tu país» acompañando la frase de insultos varios. Le han instado a bajarse de la acera ante la amenaza de «volcar el carrito de su bebé porque este es mi país y no el tuyo». Episodios racistas que no le han afectado más allá de la «rabia» del momento. Sin embargo, en 21 años en España, no había sufrido una agresión física y ahora que la ha vivido no la puede «borrar de mi mente». Ni la agresión en sí, ni la pasividad de las personas que la presenciaron. Se llama Carolina Reyna, es ecuatoriana, tiene 4 hijos (dos gemelos de 15 años, uno de 10 y el pequeño de 5) y ha denunciado que un vigilante de seguridad la agredió en un centro comercial de Alboraia, enmarcado en un delito de odio.

Los hechos ocurrieron el pasado 25 de mayo y la mujer acude ahora a los medios de comunicación a instancias de la trabajadora social que la ayuda en la búsqueda de empleo porque «estas cosas se tienen que saber. Hay que denunciar las agresiones racistas para que no queden impunes». Carolina interpuso la denuncia al día siguiente de la agresión en el cuartel de la Guardia Civil de Moncada y en ella expone que ese sábado se encontraba de compras con sus padres y con uno de los gemelos que tiene una discapacidad por retraso madurativo por lo que «aunque tiene 15 años se comporta como si tuviera 7». «Cuando estaba pagando la compra se me acercó un vigilante de seguridad y de muy malas formas me dijo que le acompañara. Entonces vi que otro vigilante tenía a mi hijo inmovilizado contra la pared y le dije que lo soltara, que era menor y tenía una discapacidad, y entonces nos llevaron a mi madre, a mi hijo y a mí a empujones a un cuartito. A mi madre le llegaron a pegar un puñetazo en la cara sin ningún tipo de explicación y yo les dije que dejaran a mi madre, que está enferma, y fue entonces cuado el vigilante de seguridad me tiró al suelo y me agarró del cuello. Sentí que me asfixiaba e intenté defenderme. En el forcejeo le arañé la cara porque me estaba ahogando. Me golpeó la mejilla derecha, me hizo daño en el dedo de la mano izquierda y me salió un moratón en la pierna por el golpe cuando me tiró al suelo», explica la mujer en la denuncia, donde aporta también un parte de lesiones que incluye una lesión cervical por la que le inmovilizaron el brazo. En la denuncia la mujer hace constar que el vigilante de seguridad «era un varón de complexión fuerte, con pelo canoso de 1,70 o 1,80 metros de altura». La mujer mide menos de 1,60 metros.

«Creían que no tenía DNI»

Carolina afirma que mientras sufría la agresión, su madre llamó a la Guardia Civil, que se personó en el centro comercial y entonces fue cuando supo qué pasaba. «Yo no lo sabía, pero mi hijo había sacado de la caja una muñeza, jugó un rato con ella y la dejó dentro del centro pero no sabía dónde. Si me lo hubieran explicado la hubiera pagado porque entiendo que eso no se puede hacer. Pero es que no sabía qué pasaba y lo que pasaba era que pensaban que estaba robando o que quería robar la muñeca. Cuando vi que estaban tratando mal a mi hijo les expliqué que tiene una discapacidad pero a mí nadie me escuchaba. Me miraron con odio, me agredieron y me trataron fatal», explica la mujer.

Y añade: «La cara del vigilante cambió cuando llegó la Guardia Civil, me pidió el NIE y yo les dije que tenía DNI. Pensaban que no tenía papeles y por eso me agredieron. Me miraban con asco, con odio y sentí miedo como no he sentido jamás. Me sentí humillada y hablo ahora para que esto no le ocurra a nadie más».

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