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Ballenas cada vez más cerca de la costa

El avistamiento de rorcuales comunes crece año tras año en las costas de Dénia y Xàbia en su recorrido hacia el Estrecho de Gibraltar

Ballenas cada vez más cerca de la costa

Dénia y el Cabo de San Antoni de Xàbia son zonas donde es frecuente avistar rorcuales comunes, pero cada año crece el número de ejemplares que pasan cerca de la costa y cada vez más próxima a ella. Por ello, el responsable del servicio de guardacostas de la reserva marina del cabo de Sant Antoni, Toni Martínez, junto con el Instituto Cavanilles de la Universitat de València, han iniciado un estudio previo sobre las condiciones que se dan para que se produzca tal aumento del paso de estos cetáceos en las costas alicantinas, centrando el análisis en observar si se ha producido un aumento del plancton, concretamente de krill.

La época que da paso a estas especies, que son la ballena de mayor tamaño del Mediterráneo y la segunda del mundo después de la azul, se produce entre mayo y septiembre, aunque se puedan ver en abril aún no siendo lo habitual. En la temporada pasada se obtuvo un registro de 84 ejemplares validados en las costas de Dénia y el cabo de Sant Antoni, según informó Toni Martínez, quien también es Coordinador del Servicio Ambiental, Marino y de Pesca del Ayuntamiento de Dénia. Se trata de cinco ejemplares más con respecto el ciclo de 2017, en el que se contabilizaron 73 avistamientos.

Ballenas a 250 metros de la costa

En su recorrido por las aguas mediterráneas valencianas, estos cetáceos nadan en paralelo desde la costa de Dénia hasta Cabo de Sant Antoni, a una profundidad de 12 a 30 metros, y de ahí las ballenas cambian su rumbo y se sumergen hasta los 100 metros para dirigierse hacia el sur, al Estrecho de Gibraltar. La distancia que suele haber entre el pase de estas ballenas y las costas oscila entre los 500 a 1.000 metros, mientras que este año han llegado a acercarse hasta 250 metros de la playa, aseguró Martínez.

Los investigadores tienen varias teorías, pero aún no hay una explicación esclarecedora del motivo de tal aproximación de las ballenas al litoral de Dénia y Xàbia, por lo que se encuentran recogiendo muestras de agua de diferentes momentos del año para conocer si varía la composición de los nutrientes en el agua marina. Es decir, analizar si se ha producido un incremento en la cantidad de krill. Patricia Gozal, investigadora del Institut Cavanilles, explicó que aún no se han obtenido conclusiones contundentes y que, por el momento, se trata de un estudio extraoficial hasta que se produzca algún resultado destacable.

El rorcual común se alimenta de calamares, krill y peces pequeños de cardumen, llegando a ingerir 2.000 kilogramos al día. En cuanto a sus dimensiones, pueden llegar a medir 25 metros y pesar hasta 80 toneladas. Su tiempo de buceo es de 15 minutos y consiguen bajar a una profundidad de 450 metros. Estas ballenas se encuentran entre las más rápidas, nadan aproximadamente a 40 kilómetros por hora. Y es posible que una especie pueda vivir 100 años.

Desde las embarcaciones era habitual recibir avisos de avistamientos de particulares, aunque iban en aumento cada año, pero a día de hoy ha crecido el número de divisas desde costa, como la de Las Marinas y Las Rotas. «Lo de este año ha batido récords en campaña de paso», acreditó el responsable del servicio de guardacostas, quién dijo que les llegan vídeos de particulares desde los restaurantes en los que se ve la exhalación del aire de los cetáceos. «No diría a diario, pero casi a diario sí, incluso hay días de varios avistamientos. Podríamos decir que, «Dénia es el epicentro de paso de estos gigantes marinos», remarcó.

En cambio, la situación presentada en las costas catalanas es distinta. Los rorcuales comunes han disminuido este año, probablemente debido a la sequía que ha habido en Cataluña y que ha causado una menor producción de plancton, según un estudio realizado por la Asociación Edmaktub. Allí, los biólogos han hecho una veintena de muestreos a lo largo de estos meses en la costa catalana para estudiar el zooplancton, principalmente el krill, alimento de las ballenas, y sólo han obtenido krill en dos de las muestras durante el pasado mayo y en muy baja concentración.

En los ocho años del Proyecto Rorcual de Edmaktub, en el que han podido documentar con filmaciones comportamientos de alimentación del rorcual común cerca de superficie, este año sólo han podido avistar cinco ballenas, el menor número desde 2011, y además estaban viajando y lejos de costa. La asociación lo ha relacionado con el cambio climático.

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