De entre los conductores valencianos, 900.000, es decir, el 31,5 por ciento tiene deficiencias en ametropía (miopía o hipermetropía) lo que dificulta que vean con nitidez señales o marcas viales, así como el cálculo correcto de distancias de seguridad, velocidad de otros vehículos, con lo que se alteran los tiempos de reacción.

Así se desprende del macroestudio 'in vivo' realizado por Essilor, la Fundación Española para la Seguridad Vial (Fesvial) y el Instituto de Tráfico y Seguridad Vial (Intras) de la Universitat de València, con la colaboración de Cepsa, a más de 3.200 conductores de toda España.

El profesor Luis Montoro, presidente de Fesvial y catedrático de Seguridad Vial de la Universitat de València, ha explicado que los accidentes de tráfico nocturnos "son los que registran una letalidad más elevada y el 27,5 por ciento de los siniestros en carretera se producen en condiciones de iluminación insuficiente".

"Sin duda, la conducción nocturna con mala visión es un claro riesgo ya que reduce la agudeza visual en un 70 por ciento y la captación de la profundidad puede llegar a ser siete veces menor", ha incidido.

Entre los conductores valencianos, el 9 por ciento presenta dificultades de visión en condiciones óptimas de iluminación. Es más, este porcentaje aumenta hasta el 30 por ciento en situaciones de baja iluminación, lo que supone la detección tardía de estímulos, un mayor esfuerzo en la interpretación de las señales de tráfico o la dificultad en la estimación de distancias o velocidad de otros vehículos.

En el caso del deslumbramiento por otro vehículo, situación a la que reconocen enfrentarse con mucha o bastante frecuencia el 30 por ciento de los conductores valencianos, o el deslumbramiento a la salida de un túnel, algo habitual para el 13 por ciento de los conductores, la capacidad de recuperación es clave.

En la realización de esta prueba, se comprobó que el 44 por ciento de los conductores tarda más de 20 segundos en recuperar totalmente la visión central tras un deslumbramiento. Los conductores profesionales muestran un tiempo medio de recuperación menor que los conductores no profesionales.

Cobra especial relevancia si se tiene en cuenta que a 120 km/h un tiempo de recuperación de solo 5 segundos significaría recorrer 170 metros sin una visión correcta. El profesor Montoro comenta en este punto que "las primeras horas de la mañana o de la tarde, la conducción nocturna en carreteras de doble sentido, las entradas y salidas de túneles o situaciones en las que el cambio de iluminación es brusco, pueden dejar nuestra visión durante un tiempo bloqueada con los consiguientes riesgos para nuestra seguridad y la de los demás".

Analizando la campimetría, extensión del campo visual del ojo, desde los 45° a los 100 °, el 11 por ciento de los conductores de la Comunitat Valenciana presentan deficiencias, lo que supone dificultades para gestionar situaciones de tráfico como intersecciones, cambios de carril o adelantamientos.

Los problemas en este punto tienen mucho que ver en los atropellos a peatones (la mayoría por irrupción lateral), entorpece la visión de los retrovisores, incrementa el ángulo muerto y dificulta el campo visual conforme aumenta la velocidad.