Matemáticas, el grado universitario sin desempleados, tiene en la Universitat de València (UV) 185 alumnos en lista de espera para el próximo curso, casi el doble de plazas que oferta. Y así en todas las universidades públicas.

El secreto de este éxito lo resume el presidente del comité científico del Congreso Internacional de Matemática Industrial y Aplicada (ICIAM) que acoge esta semana València, Alfio Quarteroni: «dentro de un mercado cambiante que pide, más allá de la especialización, que los trabajadores se adapten continuamente, los matemáticos son los que más preparados están para ser flexibles, por eso no hay ninguna industria que no pueda beneficiarse de las matemáticas».

En un mundo donde todo es matemáticas, la explosión de la Ciencia de Datos, la Inteligencia Artificial y el aprendizaje de las máquinas (Machine Learning), donde los logaritmos son básicos a la hora de predecir los patrones del comportamiento, disparan el interés por esta disciplina.

Todo esto hace que a María J. Esteban, presidenta mundial de ICIAM y directora de investigación en el CNRS francés, no le extrañen las listas de espera en el Grado de Matemáticas. «Es lógico porque estudiar matemáticas hoy en día es tener una garantía de tener buen trabajo y un buen plan para el futuro. No como antes se pensaba dando clases, sino en empresas, bancos, laboratorios u hospitales».

«Produce más de lo que cuesta»

La catedrática de la Universitat de València y presidenta de la Sociedad Española de Matemática Aplicada (SEMA), Rosa Donat, anima a las empresas a contratar matemáticos y matemáticas, «pues está demostrado que producen más de lo que cuestan».