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Perfil

José Cholbi: Un político para siempre

Cierra hoy su mandato al frente de la Sindicatura de Greuges como colofón a una larga carrera de seis décadas

José Cholbi: Un político para siempre Rafa Arjones

Apurando las horas de un mandato como Síndic de Greuges que termina hoy después de diez años en el cargo, José Cholbi (Xàbia, 1938) completa así una extensa carrera de seis décadas ligado de una u otra manera a la Administración. En la mesa de su despacho en la sede de esta institución autonómica en Alicante, junto a la última de las tres cajas en las que Cholbi ha recopilado sus recuerdos de esta etapa como Defensor del Pueblo valenciano, tiene una carta del Ministerio de Trabajo. Es su vida laboral. «Serán en total sesenta años, siete meses y 29 días», cita Cholbi mostrando el detalle del documento y asegurando que va mantenerse en el puesto para el que fue elegido por las Cortes -«son representantes de todos los valencianos», recuerda- hasta el último minuto de la jornada de hoy en la que expira su mandato. «Es una cuestión de respeto y lealtad siempre por las instituciones», señala el Síndic de Greuges que, hace ahora una década cuando accedió al cargo, pidió su baja preceptiva como afiliado del PP. Una militancia, desvela, que no tiene intención de reactivar al menos «por ahora».

Hace unos días ya comunicó por carta tanto al presidente de las Cortes, Enric Morera, como al jefe del Consell, Ximo Puig, el final de su mandato. Pero Cholbi, esté donde esté, será político para siempre. Como hasta ahora. Cuando se le pregunta, de hecho, por la porción de esas seis décadas que ha dedicado a la actividad, contesta sin ningún tipo de duda.

50 años en la Administración

«Toda la vida siempre con una inquietud por las cuestiones sociales y los problemas de las personas». En dos fases, recuerda el Síndic. Primero como funcionario. Y después, durante cerca de 50 años precisa, en diferentes estratos de la Administración franquista para, posteriormente, a partir de 1983 completar un periplo en la vida parlamentaria ya en la etapa democrática -en Alianza Popular donde llegó a ocupar la vicesecretaría general con Manuel Fraga, al que recuerda con cariño, y luego en el PP- que le llevó por las Corts Valencianes, el Senado, el Congreso y de vuelta al hemiciclo del Palau dels Borja antes de convertirse en el Síndic de Greuges en el año 2009. «Participé en la reforma política -explica sobre la etapa de la transición- convencido de que estábamos dando un paso muy beneficioso para el conjunto de la sociedad y de que era necesario que aquel proceso se pudiera acabar asentando. Consolidar la democracia, en mi opinión, era un objetivo imprescindible de ese momento».

Aunque Cholbi no rehuye en la conversación ninguno de los asuntos que se le plantea, hay dos momentos de su carrera a los que se refiere con especial pasión: su labor en las Corts Valencianes y, finalmente, estos diez años en la Sindicatura de Greuges. De su quehacer en el hemiciclo autonómico destaca grandes pactos alcanzados con los socialistas. Por ejemplo, recuerda la negociación con el entonces conseller Ciprià Císcar de la Llei d'Ús i Ensenyament del valencià, aprobada en 1983 justo durante el arranque del proceso autonómico en un histórico pleno celebrado en la Diputación y que es conocida como la «Llei d'Alacant». «A algunos compañeros, al principio, les llamaba la atención que yo utilizara el valenciano pero yo creo que todo eso se ha normalizado en nuestras Cortes, que son un ejemplo de respeto y diálogo», apunta Cholbi que se declara, dentro de la unidad del Estado, un absoluto defensor del autogobierno. «Es una barbaridad los que quieren la ruptura de España pero también es una barbaridad los que hablan de la desaparición de las autonomías. Siempre desde la unidad, hay que respetar la pluralidad del Estado, la tradición, la cultura de cada uno. Apuesto por una mayor descentralización», subraya.

Alguno de sus informes tanto contra gobiernos del PP como de la izquierda han sido de los más duros de la historia de la institución. «Aquí se trata de defender los intereses del pueblo frente a la Administración».

Con una cuestión que es clave: detrás de cada uno de los problemas que nos llega, hay una persona a la que atender», señala Cholbi que considera que la institución siempre debe poner la atención a las personas «por encima de cualquier ideología». ¿Y ahora a qué se va a dedicar una personalidad incombustible como la de Cholbi? Quiere atender a su familia que, admite, ha sido la principal «sacrificada» del tiempo que ha dedicado a su carrera política. Descarta volver, de momento, a la militancia en el PP pero no se quedará quieto porque dice sentirse «en perfectas condiciones físicas y psíquicas» ya superados nada menos que los 80 años. «Voy a colaborar con una ONG para trabajar en temas de ayuda humanitaria», revela.

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