El Memorial de Auschwitz, la entidad encargada de preservar para la historia la memoria del 1.300.000 personas asesinadas en este campo de exterminio nazi, recuerda en sus redes sociales al agricultor valenciano Joaquín Corteillo, uno de los 1.200 republicanos españoles que no salió con vida de esta fábrica de la muerte de la Polonia ocupada por el Tercer Reich.

El 18 de julio de 1941, hoy mismo hace 78 años, Castiello, como rememora el Memorial de Auschwitz "nacido el 4 de enero de 1910 en València, España, estaba entre los 95 reclusos dados de alta en Auschwitz. Fue deportado de una cárcel de la Gestapo de Bremen. Es inscrito con el número de preso 18186. Muere en el campo el 1/09/1942".

Castiello tenía 31 años cuando pasó bajo el frontispicio de hierro forjado con la frase "Arbeit macht frei (El trabajo te hace libre)" que da la 'bienvenida' al más horrible de los círculos del infierno europeo. En el convoy de 95 presos que llegaron a Auschwitz ese día había otro republicano español, que también era valenciano. Se trata de Amadeo Alagarda, un panadero de Nules que tenía 25 años de edad.

Ambos habían sido deportados por la Gestapo desde la ciudad-estado de Bremen, en el noroeste de Alemania, Castiello, en la foto que le hacen a la entrada del campo con su numero de prisionero lleva cosido en el traje el triángulo invertido azul con el que se identificaba a los "apátridas", pues el Gobierno español de Franco había convertido en "sin patria" a los exiliados españoles.

La documentación del campo consta que Cortiello había nacido el 4 de enero de 1910 en València y era hijo de Miguel Corteillo y Ángela Montaner. Su último domicilio en España estuvo en Barcelona, en la calle Democracia número 30, 1º/1ª, del barrio del Clot del distrito de Sant Martí. Esta vía, que durante el franquismo se rebautizó como calle del Movimiento Nacional, recuperó durante la Transición el nombre previo a la Guerra Civil.

Fiebres tifoideas, hambre y sadismo médico

Los eficientes burócratas del campo de extermino llegan a fijar la hora exacta de la defunción del Cortiello, las 6 horas y 5 minutos de la mañana del 1 de septiembre de 1942. La causa de la muerte son "fiebres tifoideas". El certificado lo firma un médico ayudante del doctor Johann Paul Kremer, con lo cual lo más probable es que Cortiello pereciera víctima de los sádicos experimentos médicos de este galeno de la SS.

Este profesor de anatomía y genética humana en la Universidad de Münster entró a servir como médico de la SS en Auschwitz el 30 de agosto de 1942, 48 horas antes de la muerte de Cortiello. Estuvo al frente de la enfermería de este complejo de la muerte dos meses y medio, tiempo suficiente para pasar a la historia como uno de los médicos más diabólicos de Auschwitz junto al doctor Josef Mengele.

El principal interés de Kremer eran los efectos de la inanición en el cuerpo humano, especialmente en el hígado. Era el responsable de examinar a los prisioneros que ingresaban en la enfermería del campo y se encargaba de seleccionar personalmente a los candidatos a sus experimentos. Las fiebres tifoideas están relacionada con la debilidad que provoca en las personas la inanición, pues los estallidos de esta infección bacteriana han sido comunes a lo largo de la historia en las grandes hambrunas.

Kremer, en su diario personal llegaba a anotar las "autopsias" que realizaba a pacientes vivos para extraer muestras del hígado, el bazo y el páncreas, y comprobar los efectos de la inanición en estos órganos.

Fue condenado a muerte en el juicio de Auschwitz, pero dicha pena le fue conmutada por la de cadena perpetua. Tras pasar más de 13 años en prisión, en 1958 fue liberado y murió placidamente en su casa el 8 de enero de 1965. Hacia dos semanas que había cumplido los 81 años.

El epicentro del Holocausto

El campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau es tristemente conocido por ser el epicentro del Holocausto, pues allí fueron asesinados un millón de judios. Aunque allí murieron 1.200 republicanos españoles, el complejo de la barbarie nazi que ha pasado a la historia como el "campo de los españoles" es el de Mauthausen-Gusen, en Austria. Allí fueron deportados 7.000 republicanos españoles desde Francia de los que 424 eran valencianos.

De los 630 valencianos que fueron internados en Mauthausen-Gusen, un campo donde los presos eran asesinado por agotamiento mediante el trabajo, perdieron la vida 424, uno de ellos tío abuelo del president de la Generalitat, Ximo Puig. El último de los 206 valencianos supervivientes, el alcoyano Francisco Aura, falleció el pasado noviembre un mes antes de cumplir los 100 años.