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Análisis

Baldoví ejerce de puente de los mensajes del presidente a Iglesias

El diputado le inquiere por los ministerios a Podemos y Sánchez aprovecha para contestar al líder morado

La última presunta respuesta de Pedro Sánchez a Joan Baldoví fue realmente un mensaje directo al líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias. Claro que el diputado de Compromís tampoco es totalmente inocente de la situación, porque insistió en dos ocasiones en pedir al presidente del Gobierno en funciones que explicitara qué ministerios ha ofrecido a Podemos durante la negociación. La misma exigencia que Iglesias le reiteró la tarde anterior sin respuesta concreta de Sánchez.

Así que este subió a la tribuna y dijo que no, que no iba a precisar qué carteras ha ofrecido a los morados, porque «no digo las cosas en público. Tengo otra forma de negociar». Lo que sí le dijo es que «he asumido el gobierno de coalición», de modo que sí que algo se ha movido. Fue la mención más explícita a que la única salida ahora es intentar un acuerdo para un gobierno de izquierdas con Unidas Podemos en su seno. Poco después, tras la votación, los negociadores de las dos formaciones volvían a la mesa.

Sánchez aprovechó asimismo la réplica a Baldoví para replicar a Iglesias que «ninguna política del Gobierno es decorativa» (una de las denuncias más sonoras del día anterior), que puede haber aún un acuerdo si se aparcan las descalificaciones y que le «falta ya pestañear con dos ojos» para hacer más guiños a los potenciales socios de izquierda. Se refería al conjunto de iniciativas de recuperación de derechos sociales y libertades civiles que poblaron su discurso de investidura.

Y acabó con un directo a Iglesias. Lo más importante y el inicio de la negociación debería ser el contenido, «no entrar en el Gobierno para ser el guardia jurado del PSOE».

Tras las alusiones a intentar una coalición, Unidas Podemos se abstuvo cuando por la mañana su no parecía hecho.

La jornada dejó así rastros de la vieja complicidad entre Compromís y Podemos, la que llevó a ir de la mano en 2016 a dos formaciones que compiten en muchas franjas de electorado.

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