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Más marejada interna en Compromís

Una segunda corriente, Bloc i País, denuncia falta de democracia en la coalición tras el portazo hace diez días de los «adheridos»

Dirigentes y cargos de Compromís en un el mitin central de las pasadas elecciones del 28 de abril. e. ripoll

Apenas diez días después del portazo que los adheridos de Gent de Compromís dieron a la coalición con denuncias de falta de democracia interna que han llevado a la disolución de este corriente, una segunda sensibilidad interna, la soberanista Bloc i País, acaba de mostrar también públicamente su desagrado con el funcionamiento de la coalición.

Se trata de la segunda discrepancia de calado en el seno de la coalición en apenas diez días y las críticas a la falta de democracia interna resultan muy similares a las que lanzaron los adheridos, ya desactivados. De hecho, Bloc i País mostró su apoyo a las posiciones de Gent de Compromís y reclamó la reunión del Consell General de la coalición, órgano que hace años que no se reúne.

Pero hay más. En el caso de la corriente soberanista subyace también un malestar político, el del rechazo a un posible acercamiento de Compromís al ex número dos de Podemos, Íñigo Errejón, quien podría dar el salto a la política nacional con su plataforma Más Madrid si se repiten las elecciones generales en noviembre. El factor Errejón supondría una novedad en los hipotéticos comicios del 10 de noviembre y abriría el abanico de posibilidades de confluencias o de colaboración de la coalición con otros partidos tras el fiasco de las generales, donde Compromís pasó de cuatro diputados a uno en el Congreso. Desde Bloc i País, corriente formada hace algo más de dos años con el objetivo de reforzar las posiciones nacionalistas dentro de la coalición, aseguran que la integración de la coalición (de su único senador Carles Mulet, de Iniciativa, el partido de Mónica Oltra) en el grupo de Izquierda Confederal del Senado no se ha decidido de forma democrática.

Y critican, además, la integración del senador de Compromís en el grupo en el que está también la formación de Íñigo Errejón junto a otras confluencias de Podemos como En Comú Podem o Adelante Andalucía, crítica con la dirección de Pablo Iglesias.

El portavoz del colectivo, Vicent Fernàndez, que tiene el apoyo de unos 300 militantes del Bloc y del que forma parte la portavoz adjunta en las Corts, Mònica Àlvaro, sostiene que toda la militancia de Compromís se ha enterado por la prensa de la decisión de integrar a Mulet en el mismo grupo que Errejón y los miembros de Podemos, una forma de funcionar de la coalición que «lamentablemente, cada vez es más común; de nuevo hemos conocido la decisión cuando ya estaba tomada», critica Fernàndez.

La corriente ve a Errejón como una especie de «Podemos 2.0» y alertan de una maniobra dentro de Compromís para un futuro pacto con el partido del exnúmero dos de Podemos. «No nos parece una acción inocente y más cuando el primer acuerdo con Podemos (És el Moment, 2015) ya se aprobó de forma antidemocrática con el voto de más de dos tercios en contra de todos los que formamos Compromís».

«Procedimiento oscurantista»

Fernàndez i Capilla se pregunta si este procedimiento «oscurantista» no obedece a la constatación de que una vez más la dirección de Compromís «nos quiere llevar por un camino que la gran mayoría de las bases no comparte y para el que no se puede dar voz y voto porque volveríamos a expresar que somos una formación de estricta obediencia valenciana y que queremos seguir construyendo una herramienta de empoderamiento del pueblo valenciano».

De hecho, la reflexión sobre futuras confluencias aún tiene que abordarse en Compromís. Tras las generales, la lideresa, Mónica Oltra, ya advirtió que cuando Compromís suma, avanza. «Tenemos que reflexionar sobre lo que nos ha caracterizado: acordar, sumar y crecer», señaló.

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