? Para apoyar el mensaje, CATS llevó a la rueda de prensa en València a una trabajadora del sexo, que, ataviada con un antifaz de gata y una camiseta con la leyenda vegana -adaptada en este caso al trabajo sexual- 'Eat pussy, not animals' (come coños, no animales), explicó su experiencia, principalmente en los países del norte, donde la ley es prohibicionista. Según ella, «el modelo sueco no solo no ha eliminado la prostitución, sino que ahora hay 360 en la capital frente a las 60 que había hace años, cuando yo llegué allí». Esta mujer, que prefirió no facilitar su nombre «para no sufrir discriminación social», aseguró «no haber conocido nunca, nunca, a ninguna prostituta tratada, ni forzadas», aunque luego matizó: «Bueno, explotada sí, claro, muchas».