Hugh tiene 18 años y viene de Irlanda. Es uno de los 300 jóvenes que desde ayer y hasta este domingo, 4 de agosto, debatirá en València sobre los aspectos clave de la política de la Unión Europea en la 90 sesión internacional del Parlamento Europeo de los Jóvenes (EYP, por sus siglas en inglés). Hugh, al igual que el resto de participantes, forma parte de una generación que no se resigna a quedarse de brazos cruzados frente a los problemas que enfrenta el viejo continente, sino que quiere aportar su grano de arena y hacer llegar sus propuestas a los grupos del Parlamento Europeo. «Creo que cuando muchos políticos dicen 'la gente joven no se interesa por nada' o 'la gente joven no habla de política' lo que realmente les pasa es que los jóvenes no les estamos diciendo lo que ellos quieren escuchar», señala.

Desde la crisis de los refugiados, pasando por el ecologismo, el papel de la Unión Europea en la exploración espacial y hasta el consumo desmesurado de antibióticos son los temas que debatirán los jóvenes durante toda una semana en el ESIC bajo el lema «Horizon 2020», el mayor programa de investigación e innovación implementado por la UE. Para ello, los jóvenes tendrán la oportunidad de hablar con reconocidos expertos de cada tema. Uno de ellos es el europarlamentario David Hammerstein, sociólogo y ecologista que trabaja con la confederación de Los Verdes de Europa desde el año 1999. Además, el congreso también ha contado hasta el momento con un experto de Acnur. La directora del proyecto, María Granero, resume de la siguiente manera el sentir de los participantes en este cónclave: «Yo creo que los jóvenes queremos hablar del clima y que los políticos escuchen, estamos dispuestos a ello pero el foco siempre se redirige a otra parte. No paramos de escuchar que a la juventud no le interesa esto o no quiere hacer aquello, pero realmente creo que las personas que estamos aquí no somos la generación perdida, tenemos ganas de cambiar las cosas y de poner nuestro granito de arena».

Comités de debate

Para Granero, el objetivo de este congreso es el de tratar temas con especial relevancia en la actualidad y presentes en la agenda política de los principales líderes europeos. Según señala la directora del evento, este es uno de los puntos fuertes de la experiencia: «La variedad de temas que tenemos es uno de los mejores aspectos de esta organización. En otros lugares tan solo hay una temática para todos los participantes. Lo que nos hace diferentes es que el formato permite que haya 15 temáticas y todas vayan a recibir la misma atención por parte de los participantes. Yo puedo estar hablando tanto de la crisis de los refugiados como del futuro del espacio en la Unión Europea». Precisamente para debatir y buscar soluciones comunes han reunido a jóvenes de 38 países distintos de toda Europa que compartirán sus posturas en comités. Pero no todos vienen de tan lejos. Guillermo Chopo es de Zaragoza y a sus 18 años formará parte de un comité cuyo tema es la digitalización del sector energético. Añade que es su primera vez en este tipo de eventos: «Desde el primer momento en el que entras en el EYP te das cuenta de que los temas no son ninguna broma. Realmente estamos discutiendo las mismas cuestiones que debate el Parlamento Europeo hoy en día. El EYP es muy especial porque todos los organizadores creen en nosotros y está muy bien que los jóvenes podamos discutir temas de vital importancia y hacer todo lo posible para resolverlos».

Una de las señas de identidad de este congreso es su carácter apartidista y su objetivo de debatir sobre cualquier tema haciendo especial hincapié en la tolerancia mutua, sin importar afinidades políticas ni de ningún otro tipo. Para Guillermo, esta manera de actuar supone un espejo donde deberían mirarse algunos adultos: «Ahora mismo ves el Congreso de los Diputados y parece una leonera. Ahí es donde nos tendrían que mirar a nosotros, el respeto que tenemos a cualquier ideología sea del tipo que sea para buscar soluciones a problemas comunes». Por esto, una de las tareas de EYP ha sido fomentar un debate sano entre los jóvenes. «Aquí no hay sitio para el racismo, la homofobia ni ningún tipo de discriminación ideológica ni religiosa. Todo el mundo respeta y escucha lo que piensa el de enfrente, y eso es lo que hace a estas sesiones enriquecedoras porque te hacen darte cuenta de lo grande que es el mundo y la cantidad de opiniones que existen sobre muchos temas», explicó.

Tanto Guillermo como Hugh coinciden en que sus expectativas respecto al congreso han sido sobrepasadas y han supuesto para ellos un gran enriquecimiento cultural. Según María Granero, este es precisamente uno de los puntos fuertes de este evento: «Yo espero que los participantes no solo aprendan a nivel académico sino que lo hagan, sobre todo, a nivel personal. Es algo que parece un cliché pero yo creo que es una buena oportunidad para conocer a gente de otros países y favorecer el intercambio cultural». Según Granero, la organización del evento ha tratado de planificar elcongreso en torno a dos ejes. Uno de ellos es el fomento del espíritu crítico y la capacidad de debate de los participantes. El otro es que estas personas disfruten del entorno que se les brinda.

Uno de los temas estrella del congreso, por su marcada actualidad, es la crisis climática. Un asunto en el que participantes como Hugh se han mostrado muy interesados. «Ya había estado en otro congreso similar en Manchester hablando sobre energías renovables, creo que es importante que potenciemos la idea de la cooperación en lugar de la competición para abordar este tema», precisa. Asimismo, una de los comités del propio congreso, al que asistirá Hugh, abordará de qué manera puede cambiar la economía para respetar el planeta. «Me interesa mucho cómo conducir la economía con respeto a las personas, para mí este es un tema central en el futuro y seguró que aprenderé mucho».