La sentencia recoge el veredicto emitido por un jurado popular, del que informó en su día Levante-EMV, que únicamente consideraba culpable como autor del crimen a uno de los acusados. Para el otro procesado establece una pena de dos años, seis meses y 19 días de cárcel por un delito de encubrimiento, al absolverlo del delito de asesinato.

Los hechos ocurrieron a última hora de la tarde del 1 de agosto de 2016, cuando el fallecido se encontraba solo en la casa rural de su propiedad. El fallo declara probado que el principal acusado, «en ejecución de un plan previo», golpeó al dueño del establecimiento en la cabeza «de forma súbita y sorpresiva», lo que le hizo perder el conocimiento.

A continuación, le apretó el cuello, le introdujo un trapo en la boca, se la cerró con cinta aislante y le colocó una bolsa de plástico en la cabeza «para asegurar su muerte».

Tras perpetrar el asesinato, este acusado recibió la ayuda de otro implicado para deshacerse del cadáver. Ambos maniataron el cuerpo, ataron al mismo una piedra de 30 kilos de peso y lo arrojaron al interior de la piscina de la finca, según se detalla en la sentencia facilitada por fuentes del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana.