Hacía falta un documento por escrito para dejar patente la ruptura total entre el consejo rector de À Punt, el máximo órgano de dirección de la radiotelevisión, y la directora general, Empar Marco. Ayer, el consejero designado por Compromís, Rafa Xambó, pidió la dimisión de la dirigente en un duro escrito donde cuestiona toda la labor profesional desempeñada en el último año al frente de À Punt. «Somos informativamente irrelevantes», dice la exposición de motivos. Xambó llevará la petición al último pleno del consejo rector de agosto para que el resto de miembros vote a favor o en contra de la salida y se retrate formalmente con respecto a la directora.

El consejero pretende dejar que evolucione la situación y ver cómo reacciona Marco. Si no dimite en estas cuatro semanas, Xambó solicitará que el pleno vote su propuesta. La petición se llevó por el cauce formal con un escrito dirigido a la directora, que no estuvo en la reunión de ayer al encontrarse de viaje.

Nada parece indicar que Marco vaya a hacerse a un lado si no que, más bien, este documento tensa aún más las relaciones con el consejo que dirige Enrique Soriano y que ha mantenido «numerosas discusiones con ella», como reconoce el escrito de Xambó. Nadie le contradijo pero, pese a todo, solo le apoyó el consejero del PP, Vicente Cutanda, quien ha presentado hasta en tres ocasiones la solicitud de cese de Marco.

Xambó enumera tres argumentos sobre los que sostiene su petición. El primero de ellos es no haber cumplido el cometido de ser un referente «ineludible» en el ámbito comunicativo valenciano. «No solo no se ha conseguido el liderazgo informativo que mandaba el contrato programa [...] sino que ni siquiera comos un actor comunicativo con un mínimo de relevancia», dice, y lamenta que «nadie nos busca para informarse cuando hay una novedad importante» ni la radiotelevisión consigue «levantar ninguna noticia relevante». Y concluye: «No somos referencia informativa».

El segundo punto que Xambó destaca como muestra de la fallida gestión es la «actitud» de la propia directora que en ocasiones debería haber significado «alguna medida extraordinaria por parte del consejo rector». En concreto, cita la comparecencia que solicitó el órgano a los responsables de informativos para conocer el funcionamiento de la redacción, a la que Marco se negó «taxativamente». Según Xambó, tampoco facilitó las peticiones de información o aclaraciones que le han pedido los miembros del consejo, a veces tardando meses en responderlas y otras veces «sin haberlas contestado nunca».

Lo mismo con los expedientes de contratación. Siempre según el consejero, la directora no presentó (o lo hizo vagamente) los documentos que acrediten el impacto de los programas así como las conclusiones tras su emisión. Xambó asegura que ha habido discusiones con ella para que aceptara incluir este análisis de cumplimiento de objetivos tras el cese de una emisión o por su renovación.

Por último, reprocha a Marco haber asumido funciones que no le correspondían e invadir competencias del consejo rector. En concreto, se refiere a la petición en sede parlamentaria de más presupuesto para la radiotelevisión, como sucedió en septiembre. Una solicitud «exclusiva» del consejo.

La acusa de «contradecir y desanimar» el entusiasmo de la plantilla y recuerda que la evaluación de su gestión se ha situado «claramente» por debajo de las expectativas.

Se trata de una petición que carece de fuerza legal pero se trata de una sanción simbólica. A penas quedan puentes tendidos entre el consejo y la directora, a excepción de algunos consejeros que tratan de suavizar la tensión.

Previamente a que Xambó presentara esta iniciativa, el consejo debatió a propuesta de uno de los miembros comenzar en septiembre con el proceso para convocar el concurso público que reemplace a Marco, cuyo mandato termina el 9 de marzo de 2020 al cumplir tres años al mando. Aunque no se votó, todos mostraron su predisposición.

En caso de que Marco dimitiera, Soriano asumiría la dirección en funciones hasta que el concurso y las Corts elijan el relevo