P ¿Hay una parte de fieles que se han hecho un embrollo con las motivaciones religiosas?
R Es un poco complicado porque por dentro yo no lo veo. Solo Dios lo ve. Y mejor no juzgar. Yo intento ofrecer doctrina para que se aclaren y luego cada uno tiene que hacer su camino.
P ¿Hay crisis de vocaciones?
R Hay, sí, sí. Hay escasez.
P ¿Cómo se subsana o hacia dónde debería caminar la solución?
R Si lo supiera, estaría solucionado. La participación eclesial es lo que a mí me preocupa más. La vocación es una llamada que viene de Dios y si nosotros nos hacemos los sordos, no hay respuesta. Habría que prestar más atención a los ministerios laicales, pero es una opinión y una práctica pastoral que he intentado cultivar.
P ¿Qué ocurre para que ciertas iglesias tenga una congregación muy envejecida, y sin embargo otras corrientes como la iglesia evangélica tengan un público más activo?
R Es difícil baremar. Así a bote pronto, le digo que si tuviéramos el mismo número de centros de reunión que otras confesiones, la imagen sería otra. Seríamos más, y más jovenes. O sea, nos sobran iglesias para los que somos. Es cierto que hay una generación que ha ido distanciándose, pero a lo mejor somos menos pero más coherentes, mejores cristianos. Pero yo no haría comparaciones. Tenemos movimientos muy vivos y brillantes pero quizá en la parroquia de al lado no tienen a nadie.
P Todo cambia. Las instituciones, la sociedad, las formas de relacionarse… ¿La Iglesia se ha quedado atrás en ese sentido?
R No sé, pero el primer mandamiento que tenemos de Dios es “creces y multiplicáos”. Es difícil juzgar el presente, de hecho los historiadores lo hacen cuando ha pasado bastante tiempo, y aún así hay mucho interrogante.
P Vamos, que usted no cree que la Iglesia viva un punto de inflexión tal como la conocemos.
R La Iglesia de África y América Latina se está multiplicando. La Iglesia nació hace 2.000 años y continuará hasta el fin de los tiempos, lo que no se puede decir es que la mía continuará como “número uno”. Eso no. Es una célula que puede crecer desarrollarse y morir.
P Conoce bien los medios de comunicación social de la Conferencia Episcopal. ¿La Iglesia ha comunicado mal sus preceptos?
R Los preceptos no lo sé, pero no comunicamos bien todo, seguro. Dice Jesús: “Id por el mundo y anunciad”. Si no lo sabemos hacer, habrá que mirar.
P ¿Los casos de abusos de menores han lastrado su imagen?
R Todas las iglesias, al menos en España, que yo conozca, tienen sus protocolos y no creo que tengan que ver con el Santísimo Cristo de la Victoria.
P Ya que es obispo emérito de Lleida… Hemos visto imágenes de celebraciones de actos o referéndums en el interior de templos en Cataluña. ¿Ahí la Iglesia ejerce un papel que no le corresponde?
R Son injustos todos los que dicen eso. La Iglesia en Cataluña son todos los bautizados. Y hay bautizados independentistas y otros que no, y los sacerdotes tienen derecho a tener sus ideas propias. Hablo en primera persona del plural y digo que no hemos hecho ninguna colaboración ni a favor ni en contra. Desde fuera, como en Valencia, se ven otras cosas.
P ¿Pero acoger un referéndum suspendido no es ponerse del lado de una parte de los bautizados?
R Será un señor cura que ha metido la pata pero, ¿cuántas iglesias han hecho eso? Lo he visto publicado y no estoy de acuerdo. Para eso no estamos nosotros ni en ese ni en ningún otro pueblo. Eso no se puede hacer, es una irregularidad. Pero si lo ha hecho uno y hay 500 parroquias más, pues miren las otras 499.