La petición de dimisión de Rafa Xambó llega en un momento de duro cuestionamiento hacia Empar Marco y llama especialmente la atención por venir del consejero más afín a la directora de todos los que componen el órgano. La relación, como reconoce Xambó, comienza su deterioro con las emisiones de televisión. La tensión explotó hace apenas unos meses cuando Xambó abandonó una reunión tras una acalorada discusión con la directora.

Sin embargo, Xambó argumenta que su queja no es tanto personal como profesional: «Hoy nadie recurre a À Punt si pasa algo importante». «No estamos donde toca, no estamos en el foco de la noticia», reconoce. Y tiene claro el porqué: «Hay inercias de la antigua radiotelevisión que se activan fácilmente. Le dije a Empar que la gente trabaja con miedo». Pese a reconocer que hay ilusión en la plantilla, el consejero también detecta que los profesionales «no quieren complicarse la vida, y eso lleva a no dar información de calidad».

La premisa fundamental de la radiotelevisión (ser líder) no se ha cumplido según Xambó, por lo que pide que «en un acto de humildad, la directora se haga a un lado» para que «no se deteriore más el proyecto».Debe asumir la dirección alguien que «cambie la orientación» y genere «un ambiente agradable».

El consejero cree que la televisión no ha interesado a sectores influyentes. No cree que la audiencia sea en general un problema, pero sí que lamenta que l'Alqueria blanca tenga «más audiencia que los informativos».