La izquierda ha ampliado su poder institucional en la Comunitat Valenciana. Al Consell de la Generalitat, dos de las tres diputaciones y la mayoría de grandes ayuntamientos, a excepción del de Alicante, se suma la Sindicatura de Greuges tras el mandato del exdiputado del PP José Cholbi.

Las Corts Valencianes, la institución a la que está adscrita el Síndic de Greuges, publicó ayer formalmente la vacante creada en el defensor del pueblo valenciano con la jubilación de Cholbi, que ha permitido que el exportavoz socialista en las Corts y exalcalde de Alicante, Ángel Luna, asuma un cargo que la izquierda no ostentaba desde la interinidad de Emilia Caballero en 2008.

Lo hace de forma interina, pero la ley tasa los tiempos de esa interinidad por lo que la presencia de Luna al frente de la Sindicatura de Greuges será por un máximo de un año y cuatro meses.

Es el tiempo del que dispone el Botànic para blindar a Luna en el cargo o elegir a otra persona, aunque para ello necesita una mayoría de dos tercios de las Corts (66 de los 99 diputados) y el concurso de cuatro partidos, los tres del Botànic y uno más. Sin embargo, en el actual contexto de división de bloques es improbable que se consensúe un nombre entre la izquierda y algún partido de la derecha.

Ciudadanos permitió en el pasado alcanzar consensos en las Corts que requerían mayoría reforzada (la reapertura de la televisión valenciana o la renovación del Síndic de Comptes) pero su línea roja a los socialistas tras los últimos procesos electorales dificulta que la formación que lidera Toni Cantó, o que el PP de Isabel Bonig, pudieran aceptar un perfil tan marcadamente político como el de Luna, que ha sido síndic en las Corts y azote en su tiempo de Francisco Camps en los primeros años de la Gürtel, y alcalde de Alicante bajo las siglas socialistas.

Luna se dio de baja como militante del PSOE cuando asumió el cargo de adjunto primero al Síndic de Greuges hace cinco años y no ha vuelto a participar en ningún acto público del partido. Es una persona que se cree la independencia e imparcialidad de la institución e incluso con su firma el Síndic de Greuges ha emitido informes muy duros con el Consell, el más sonado el de mayo del año pasado con la gestión de la vicepresidenta, Mónica Oltra. Aquel informe acusaba a Oltra de falta de colaboración desde su consellería y de producir un daño considerable al crédito de la institución estatutaria al hacer caso omiso a sus recomendaciones.

La ley habla de tres meses

La ley dice que las Corts tiene ahora un plazo de tres meses para elegir síndic, pero cuenta a partir del período ordinario de sesiones, es decir desde el 2 septiembre. Si en ese trimestre, hasta el 2 de diciembre, el pleno no elige nuevo síndic (no parece que se den las condiciones políticas) comenzaría a contar la interinidad de Luna, que en principio sería por un año.

Pasados esos 16 meses, el adjunto a instancias del PP, Carlos Morenilla, pasaría a convertirse en Síndic, por lo que la derecha recuperaría la institución. Si pasara otro año sin que las Corts resolvieran la elección, de nuevo volvería a ser Luna, según fuentes conocedoras de la institución.

De momento no hay constancia de que ningún partido del Botànic haya iniciado contactos para llevar al pleno o el nombre de Luna (que podría ser del agrado de los tres partidos) o de cualquier otro.

La institución del Síndic de Greuges gestiona en la actualidad unas 13.000 quejas ciudadanas por lo que su poder a la hora de reprender a la Administración es importante y una figura relevante en el entramado institucional.