La crisis abierta en los últimos días en Alicante por el nombramiento de los nueve asesores de que la formación va a disponer en la diputación provincial, donde tiene la llave de la gobernabilidad pese a contar con solo dos diputados, ha saltado al ámbito autonómico al erosionar parte del discurso de la formación naranja.
El partido de Albert Rivera se ha instalado en la división tras destaparse la pugna por controlar el nombramiento de los nueve cargos eventuales y el consiguiente reparto de sueldos de entre 40.000 a 60.000 euros anuales. La disputa, que ayer Compromís calificaba de «tangana», ha generado numerosas críticas desde los partidos rivales, especialmente desde la izquierda.
El líder autonómico, Toni Cantó, dejó redactada la semana pasada una lista con los nombres de los asesores a contratar, pero esta fue modificada con otra que llevaba la rúbrica de los dos diputados provinciales, la vicepresidenta Julia Parra y el portavoz, Javier Gutiérrez, que aseguran que la consensuaron con la dirección del partido en Madrid. Ello ha destapado un nuevo episodio de tensión tras los vividos en el proceso de confección de listas electorales o incluso con la formación del comité de pactos postelectorales.
Pero más allá de los nombres de los cargos eventuales a contratar, lo que está en juego en la Diputación de Alicante es el control de los nombramientos y por tanto de las lealtades y afinidades presentes y futuras por parte de los diferentes sectores de Ciudadanos. Uno es el que capitanea Cantó, que es el líder de facto del partido en la Comunitat Valenciana (aunque orgánicamente sigue siéndolo el concejal en València Fernando Giner) y otro que intenta hacerse fuerte en la provincia de Alicante y que tendría como principal cabeza visible al secretario de Organización, el senador Emilio Argüeso, y a cargos que serían afines como la portavoz municipal en Alicante, Mari Carmen Sánchez. Argüeso es el cargo orgánico de mayor relevancia en esta pugna, aunque los nombramientos competen al área de Acción Institucional que dirige el diputado provincial en València Jesús Gimeno.
Además de a los equilibrios internos de poder en Ciudadanos, la polémica de los asesores en Alicante afecta al discurso de la formación. Durante la campaña electoral, las intervenciones de los candidatos del partido naranja tuvieron como eje la regeneración y la necesidad de dotar de aire nuevo a las instituciones.
Contra chiringuitos y amiguetes
Uno de los más vehementes en ese relato fue el candidato a la presidencia de la Generalitat, Toni Cantó, ahora síndic en las Corts. Una de sus frases más repetidas en los mítines fue la necesidad de acabar con los chiringuitos y la colocación de «amiguetes» de los partidos en las instituciones. Incluso sus críticas mientras se negociaba el Pacte del Botànic se ceñían a que solo estaba en juego el reparto de sillones en la izquierda.
Por eso, lo ocurrido en Alicante es sustancial para el discurso autonómico y afecta directamente al mensaje de un partido que aseguraba que iba a acabar con las diputaciones y que no tenía apego a los cargos, pero que ha acabado por mantener a excargos zaplanistas al frente de la Diputación de Alicante y tampoco ha dudado en repartirse hasta nueve asesores para dos diputados.
Sin embargo, las fuentes cercanas a Cantó rechazan que exista un conflicto en el partido aunque admiten que la contratación de personal suele generar tensiones en cualquier organización porque siempre hay distintos puntos de vista sobre qué personas son las adecuadas, pero sostienen que los cambios fueron consensuados.
