Tan solo dos de cada diez jóvenes consigue emanciparse antes de llegar a la treintena. Así de claro lo explicó ayer el presidente del Consejo de la Juventud de España (CJE), Manuel Ramos, al valorar los datos arrojados por el Observatorio de Emancipación Juvenil. Pero advirtió que esta cifra no es real «porque la mayoría de los que consiguen independizarse lo hace para irse a un piso compartido, que es lo único que pueden pagar». «Es ahí donde reside el principal problema, en la precariedad laboral que, casi siempre, va ligada a un bajo salario», puntualizó.

Este fenómeno impide que muchos jóvenes de 16 a 29 años puedan irse de casa porque, como refleja el informe del Observatorio, para vivir en solitario deberían destinar más del 79,3 % de su sueldo para hacer frente al alquiler y los gastos. Ramos lamentó que esta situación es «complicada» y más teniendo en cuenta que el sueldo medio en la Comunitat «se sitúa en 840,77 euros al mes y, por tanto, no llega al salario promedio a nivel estatal que se sitúa cerca de los 900 euros». Esto, puntualizó el presidente del Consejo de la Juventud de España, «pone de manifiesto que la Comunitat Valenciana todavía está por debajo de la media estatal».

Incremento del empleo temporal

Otra de las cuestiones abordadas en la valoración de ayer fue el empleo. Según explicó Ramos, frente al 60,8 % de los jóvenes que en la actualidad no tiene trabajo, se encuentra el 39,2 % que sí desempeña una actividad laboral, el dato más alto desde 2012. No obstante, también es preocupante el porcentaje de población joven inactiva, que supera el 35,8 %.

Este incremento se debe, en gran medida, a que en torno al 60 % de los contratos que se firman son de carácter temporal y en muchas ocasiones no superan el año de duración. Ramos destacó que el hecho de trabajar no es sinónimo de evitar la pobreza, ya que los datos vertidos por el Observatorio plasman que el 38,2 % de la población joven que trabaja está en el límite de la escasez.

El presidente del Consejo de la Juventud de España añadió que la Comunitat «también está por debajo de la media nacional en materia de tasa de temporalidad de los contratos y del riesgo de pobreza de las personas jóvenes con trabajo».

En este punto, Ramos señaló que la juventud es el primer colectivo que sufre las consecuencias de la crisis pero que también es el último que se recupera.

Demandas para el colectivo

En su turno de intervención, la presidenta del Consell Valencià de la Joventut, Pilar Blasco, manifestó que, dada la coyuntura actual, necesitan medidas y actuaciones «a la voz de ya». Blasco reivindicó políticas de juventud adaptadas a los nuevos tiempos y una implicación por parte de la conselleria, del Ivaj y del Consell de la Joventut «porque el hecho de apostar hoy por la juventud supone el futuro de mañana, pero también el beneficio para todos».

La presidenta del CVJ hizo especial mención a otra demanda, la formación en derechos laborales, ya que «con el paso del tiempo nos hemos dado cuenta de que en muchos casos los jóvenes no los conocen cuando comienzan a trabajar, así que exigimos la formación en esta materia».

Invertir en capital humano

Por su parte, el director general del Instituto Valenciano de la Juventud, Jesús Martí, mostró su preocupación al hablar de la recuperación económica ya que, desde su punto de vista, «no se ha trasladado a la población joven o, si se ha hecho, se ha realizado de forma incorrecta». Es por eso que mencionó varias maneras para afrontar esta situación.

La primera de ellas pasa por invertir en capital humano. Martí señaló que la juventud de ahora «está más que preparada y debemos, entre todos los agentes implicados, ofrecerles herramientas para que puedan desarrollar un proyecto de vida porque eso es lo verdaderamente importante».

En este sentido, remarcó algunas de las medidas que se están llevando a cabo para mejorar la situación como las reuniones territorializadas con las nuevas concejalías de Juventud o el programa Avalem Joves que permite a los jóvenes trabajar durante doce meses. «Durante los últimos cuatro años hemos puesto en marcha toda la maquinaria con el único objetivo de mejorar la calidad de vida de nuestros jóvenes, pero debemos hacer un esfuerzo de verdad si queremos cambiar las cosas», señaló el director general del Instituto Valenciano de la Juventud.

Otra de las soluciones que planteó Martí consiste en cambiar de mentalidad, ya que «la sociedad está empeñada en solucionar los problemas a título pesonal y concreto y eso es justamente lo que no debemos hacer, necesitamos pensar de forma colectiva y solventar las cosas con conciencia de clase».