Tenían ya el proyecto hecho y estaban a la espera de que las empresas pujaran pero la reforma de la sala de Traumatología del Hospital General de València tendrá que esperar, al menos, otros doce meses. La decisión la tomó la Conselleria de Sanidad Pública a principios del pasado mes de junio mientras el proyecto estaba en plena licitación con la excusa de que, por el tiempo de espera que conlleva un proceso de estas características, la obra no iba a terminarse «en los plazos que estaban previstos».

En esta ocasión, y tratándose de un hospital, los plazos son más estrictos que de costumbre porque el centro, como otros muchos de la Comunitat Valenciana, no se puede permitir tener una sala con 36 camas cerrada más allá de los meses de verano cuando baja la actividad quirúrgica y hospitalaria en general.

Desde el centro confirman que la falta de camas que suponía cerrar la sala para reformarla ha pesado en la decisión de retrasar la obra, que se volverá a licitar a principios de 2020 para adelantar el proceso y que a principios del próximo verano pueda empezar a ejecutarse.

La decisión se ha tomado teniendo en cuenta que además este verano se ha cerrado también la sala de Neurocirugía por obras, lo que ya supone tener menos camas para alojar a enfermos. «Se reconsideró el cierre de ambas salas a la vez y se decidió realizar primero la reforma de las de Neurocirugía, posponiendo la reforma de Traumatología para evitar así problemas de hospitalización y garantizar la mejor calidad asistencial de nuestros pacientes», explicaron fuentes del centro hospitalario a este diario.

Habitaciones más cómodas

La reforma, tanto la de Neurocirugía que sí se está llevando a cabo como la de Traumatología postergada, se realizan para «modernizar» habitaciones, espacios sanitarios y cuartos de baño pero, sobre todo, para eliminar las habitaciones de tres y cuatro camas que todavía quedan operativas en el centro hospitalario, uno de los más antiguos de la ciudad de València.

En la sala de Traumatología, en concreto, hay 15 habitaciones, todas dobles menos tres, que todavía alojan a cuatro personas al mismo tiempo con los problemas de falta de espacio y de intimidad que esto supone para pacientes y familiares o acompañantes. El objetivo de la reforma era convertir el espacio y conseguir 18 habitaciones, la gran mayoría dobles y alguna individual. En la sala de Neurocirugía también se están quitando las habitaciones «múltiples» que aún quedaban.

Estos dos proyectos, para los que había consignados 1,1 millones de euros en total, forman parte del plan plurianual que mantiene activo el consorcio hospitalario para ir eliminando estas habitaciones de tres y cuatro personas y que generan muchas críticas entre los pacientes.

Así, entre agosto y septiembre de 2016 se reformó la sala de Neurología para eliminar las habitaciones triples y cuádruples. En aquel momento el centro aún tenía 29 de sus 238 habitaciones con estas características. En total cuentan con medio millar de camas. Un año después y también en las mismas fechas, se hizo lo mismo eliminando seis habitaciones cuádruples que aún quedaban en las salas de Urología y Digestivo y, el verano pasado se eliminaron las de Cirugía y Medicina Interna.