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Los nuevos rostros del Consell del Botànic II

Capital político de Podemos que acaba en manos de Compromís

David Torres García | Director general de Desarrollo Rural (Conselleria de Agricultura)

Capital político de Podemos que acaba en manos de Compromís

Concluida la legislatura, David Torres (Gandia, 1978) enfiló el camino de la retirada desde la primera línea política. Desencantado de Podemos tras cuatro años como diputado en las Corts Valencianes ya hacía meses que había anunciado que daba un paso atrás y no optaría a repetir en el escaño.

Cuando ya se había reintegrado a su nueva vida recibió la llamada de la nueva consellera de Medio Ambiente, Mireia Mollà, para que se hiciera cargo de la dirección general de Desarrollo Rural.

Ambos habían conectado bien en las Corts durante las interminables reuniones para negociar los presupuestos autonómicos como portavoces en la comisión de Hacienda. Torres era uno de los diputados con mejor trato en la cámara valenciana. De él dijo un día la lideresa del PP, Isabel Bonig, que sería el primero de un partido rival con el que se iría a tomar cervezas.

Especializado desde 2007 en desarrollo rural, Torres trabajó en una organización que nació como centro de estudios vinculado al mundo rural. Por sus conocimientos fue él quien le propuso a Mollà perfiles que podrían desempeñar adecuadamente el cargo, incluso llegó a presentárselos, hasta que la consellera le trasladó que era él el perfil que buscaba. Convertido hoy en el primer cargo de Podemos que ocupa un puesto en la Administración por designación de Compromís, la coalición se nutre de capital político de un partido que es competencia electoral.

Torres asegura que no tiene constancia de que su nombramiento por la cuota de Compromís haya molestado a sus antiguos compañeros. Es más, apunta que muchos de ellos le han felicitado por el nombramiento. Tampoco descarta afiliarse a una de las formaciones que componen la coalición, Iniciativa del Poble Valencià, precisamente el partido en el que milita la consellera Mollà.

Torres llega a un departamento que tiene las competencias en política medioambiental que ansiaba Podemos, su anterior formación, en la negociación del segundo Pacte del Botànic, aunque el alto cargo no cree que esa cuestión vaya a ser motivo de conflicto.

«Competencias muy definidas»

En su opinión, las competencias de la Conselleria de Medio Ambiente (Compromís) y de la vicepresidencia segunda (Podemos) están muy bien delimitadas. «Las competencias de Podemos están en Vivienda y se adscriben únicamente a arquitectura bioclimática; las áreas principales están en esta conselleria... Todo está en esta conselleria, Medio Ambiente, Cambio Climático y Transición Ecológica; la mejora de la eficiencia energética de las empresas, los programas de control ambiental, los informes, las inspecciones o la lucha contra la deforestación están en esta conselleria», explica, aunque en su opinión la batalla verde nunca debió producirse porque es absurda.

Desencanto en Podemos

Torres también habla sin rodeos de la que fue su formación, Podemos. «Ha tenido un papel clave en la política española; fui uno de los que se ilusionó con lo que representó Podemos en 2015», admite. Opina que la formación ha vivido durante estos años de una forma acelerada. Pero la asamblea de Vistalegre II de 2017 en la que Podemos se rompió (Errejón sacó un 40 % y quedó apartado de todos los cargos de poder) le hizo comprender que el partido no sabía gestionar la diversidad. En su opinión fue un error histórico y también el inicio de su desencanto. Cree que ese mismo proceso se reprodujo después en la organización valenciana cuando Antonio Estañ y los suyos apartaron a Antonio Montiel de la dirección meses después. «Fue un proceso que nos desgató mucho a todos y a mucha gente que no veníamos de la política nos hizo dar un paso atrás», recuerda.

Respecto a su nuevo trabajo afirma que queda mucho por hacer y rememora cómo la agencia antifraude de la UE puso en el foco las ayudas rurales que otorgó el PP.

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