Las infraestructuras dependientes del Gobierno se están convirtiendo este agosto en campo abonado a la discordia entre los dos socios principales del Consell de la Generalitat, PSPV y Compromís. Si el martes la consellera de Agricultura, Mireia Mollà, anunció que llevará a los tribunales al Gobierno de Pedro Sánchez (algo inmeditamente descartado por los socialistas) tras el anuncio del Ministerio de Transición Ecológica de dar entrada en el comité de explotación del trasvase Tajo-Segura a una treintena de ayuntamientos manchegos, el nuevo choque llegó ayer por los peajes.

El anuncio de que el Ministerio de Fomento que dirige el valenciano José Luis Ábalos analiza la posibilidad de cobrar peajes simbólicos en la AP-7 (cuya concesión concluye el 31 de diciembre) o en autovías de alta capacidad ahora gratuitas como podrían ser la V-30, la V-31 o la A-7, ha encendido a Compromís en plena canícula.

La coalición valencianista ha aprovechado para difundir en redes sociales una especie de sainete sobre los vaivenes del Ejecutivo de Sánchez, que se titula «El PSOE, la AP-7 i el pobre de Tonet», una parodia que ha sentado a cuerno quemado en las filas socialistas. El sainete tiene como personaje a Tonet, un nombre que evoca a uno de los protagonistas de la popular serie « l'Alqueria Blanca» y que curiosamente interpreta Ferran Gadea, que es miembro de la ejecutiva de los socialistas valencianos. En el cuento de Compromís, Tonet cree que la AP7 ha sido liberada y viaja sin dinero. Cuando se da cuenta que tiene que pagar se pone a criticar a los «políticos» que en la oposición dicen una cosa «y en el Gobierno te hacen una destrossa». Al final, Tonet concluye que solo se puede fiar de Compromís. Incluso cargos del PSPV han mostrado públicamente su malestar.

«La diversión de Compromís»

El director general de Administración local, Toni Such, se preguntaba en la misma red social donde Compromís se jactaba de su parodia: «¿Esa es la diversión de Compromís, generar mal rollo?», mientras otros echaban en cara a la coalición que se apunte a los sainetes cuando debería estar gobernando.

Por si faltaba algo, en las últimas horas ha aparecido el combativo senador de Compromís, Carles Mulet, para arremeter contra el Gobierno, al asegurar que los cargos socialistas deberían pedir «perdón» ante los planes de Fomento de cobrar de nuevo peajes por simbólicos que sean. «Esta es una nueva puñalada a los valencianos, después de marear la perdiz durante meses y en periodo electoral con que no habrían nuevos peajes», escribe Mulet.

Sin embargo, la posición de Compromís contrasta con la del grupo de los Verdes europeos, en el que estaba integrado el eurodiputado de Compromís Jordi Sebastià, y que defendía en el parlamento europeo el establecimiento de mecanismos de pago en las carreteras que reflejen los costes ambientales e incluso que se pudiera fijar un mínimo aplicable a toda la Unión Europea.

Por eso, a los socialistas les ha chocado que ahora Compromís pretenda sacar rédito de una medida que ni mucho menos está decidida, pero que su grupo defendía en Europa. Entre los socialistas molesta que Compromís quiera aparecer ahora como el adalid de la liberación de los peajes en la Comunitat Valenciana cuando los socialistas no han dejado de presentar propuestas en el Congreso para acabar con las barreras en la AP7.

Hace unos días, el secretario de Infraestructuras Julián López aseguraba a Levante-EMV que aunque el Gobierno quisiera implantar un peaje en la AP7 ya no sería posible porque no hay tiempo material. Otra cosa es que el Gobierno, en la que línea de la comisión de Infraestructuras del Congreso, pudiera decidir la implantación de peajes blandos, pero en ese caso sería para toda España y no solo para la Comunitat Valenciana. Además, este tipo de peajes son habituales en Europa.