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Facturación

El estrés de las maletas

El 20 % de pasajeros de avión reconoce que hacer el equipaje les provoca desasosiego

Maletas en una de las cintas de recogida del aeropuerto de Manises. levante-emv

¿Cuánto debe medir realmente la maleta para facturar? ¿Cuánto es el peso permitido en cabina? ¿Se puede llevar comida a bordo? ¿Puedo viajar con una maleta y un bolso o tengo que pagar un extra? Hacer la maleta, lejos de generar ilusión por la nueva aventura que se está a punto de emprender, provoca situaciones de estrés y agobio al 20 % de los viajeros españoles. Así lo percibe una encuentra a viajeros realizado por el portal de viajes online Rumbo.es.

El equipaje es una de las preocupaciones más frecuentes de los pasajeros. Tanto es así que los temas relacionados con las reglas de las compañías aéreas con respecto a las maletas representan el 5 % del total de las consultas que reciben mensualmente. El peso y dimensiones, los precios en caso de exceso de equipaje o las condiciones para añadir o eliminar maletas ya pagadas, están entre las principales dudas.

No todas las aerolíneas aplican las mismas políticas de equipaje de mano. Es indispensable leer todas las condiciones antes de viajar. De hecho, uno de los motivos que genera más preguntas se refiere a los cambios introducidos por parte de algunas aerolíneas low cost recientemente.

En cuanto a las dudas más frecuentes manifestadas en el estudio, se aclara que se pueden transportar líquidos en el equipaje de mano. La condición es que vayan previamente envasados en recipientes cuya capacidad máxima no supere los 100 ml. También hay que asegurarse de meter los recipientes en una bolsa de plástico transparente (para que el contenido sea visible en los controles) y que se pueda volver a cerrar. Esta última puede tener una capacidad máxima de un libro litro y dimensiones que no excedan los 18 por 20 centímetros.

Un buen consejo es colocar la bolsa que contiene los líquidos en la parte superior del equipaje: esto hará que la búsqueda de la bolsa sea más rápida, teniendo en cuenta que esta se recogerá y se enviará al escáner.

Entre los objetos permitidos, están el ordenador personal, la maquinilla de afeitar eléctrica, el paraguas y el cargador portátil. Si se viaja con un niño, se puede llevar un capazo o un asiento de viaje, mientras que los cochecitos deberán ir en la bodega (gratuitamente). Además, los instrumentos musicales, con excepción de los más voluminosos, pueden ser parte del equipaje de mano, pero habrá que guardarlos en estuches rígidos especiales.

Se puede llevar comida en la maleta de cabina: las frutas, verduras, dulces, bocadillos y, en general, todos los alimentos sólidos están permitidos a bordo del avión. Para otros alimentos muy comunes, como mermelada, jarabes, miel y cremas en frascos, debes aplicar las reglas establecidas para el transporte de líquidos, así como para alimentos en aceite o vinagre.

Se pueden encontrar algunos artículos que nadie se imaginaría que pudiesen estar estrictamente prohibidos. Tal es el caso de los frascos con crema para untar. La comida puede subir al avión sin ningún problema, pero se ha descubierto que cuando este ingrediente se mezcla con otras sustancias podría conformar un compuesto potencialmente explosivo. Así que sólo está permitido si viene untado en el bocadillo.

Medicamentos líquidos

En cuanto al quebradero de cabeza con las pastillas. Mejor, con receta. Las aerolíneas autorizan el transporte de medicinas en el equipaje de mano. En el caso de medicamentos líquidos, deberán cumplir con las normas indicadas anteriormente. Si se necesita transportar medicamentos recetados, no olvides llevar también la receta sobre todo medicamentos líquidos que excedan el límite de 100 mililitros. Hay medicamentos que para «volar» en el equipaje de mano deberán viajar necesariamente con un informe médico o una carta de viaje. La UE permite viajar a bordo con las mismas, siempre que en el control de seguridad se presente una receta emitida oficialmente por un especialista. También puede servir un informe médico o una carta de viaje.

Dejar todo para última hora hace que a veces de la forma más inverosímil se lleven objetos prohibidos. Muchas personas se olvidan por completo de la normativa de líquidos y guardan frascos que superan el límite permitido. Pero también se «cuelan» tijeras, cuchillas de afeitar, navajas y hasta líquidos inflamables. En la primera escala, que es el control de seguridad, es ahí donde confiscan estos objetos.

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