La investidura de la nueva presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha reactivado la guerra abierta entre las comunidades autónomas en torno al nuevo sistema de financiación, un conflicto que sigue activo en pleno periodo estival y cuando el Gobierno de España continúa en funciones. El foco ahora está en la política fiscal que la popular quiere aplicar en la capital de España y que básicamente se basa en una importante bajada de impuestos.

Las rebajas fiscales de Ayuso para atraer inversiones a su comunidad obtuvieron ayer respuesta por boca del president de la Generalitat, Ximo Puig, quien arremetió contra su homóloga. El jefe del Consell pidió un debate con seriedad sobre la cuestión fiscal y de financiación. «Es absolutamente irresponsable someter la política fiscal a una suerte de rebajas de verano que finalmente solo van a producir mayor discriminación, mayor desigualdad y la imposibilidad de que tengamos un Estado coherente», señaló.

Polémica con historia

La polémica en realidad no es nueva, ni tampoco el enfrentamiento entre ambos gobiernos. Ya la pasada legislatura, durante el primer Botànic, el presidente Puig protagonizó sonados enfrentamientos con la entonces presidenta de Madrid, Cristina Cifuentes, por unas bonificaciones fiscales que hacen de Madrid, en palabras de Puig, «un paraíso fiscal», y con las que la Comunitat Valenciana no puede competir dada su situación de penuria financiera.

Ayuso, heredera de la política liberal de Esperanza Aguirre y Cifuentes, ha arrancado su discurso prometiendo menos impuestos. Puig recordó ayer que en España se ha producido un proceso real de recentralización, y eso tiene beneficiarios desde la perspectiva territorial y perjudicados.

Competencia «irresponsable»

Así, advirtió de que «en este momento, propiciar esa competencia fiscal entre comunidades autónomas es absolutamente irresponsable». «Ante una negociación para pactar la infrafinanciación y para fortalecer el Estado del bienestar es, como mínimo, imprudente, insolidario y temerario recortar los impuestos a quienes más pueden aportar», indicó.

El presidente de la Generalitat recordó que la política de rebajas fiscales que ha anunciado la nueva presidenta madrileña «es vieja, está caducada y cuando se aplicó en la Comunitat Valenciana significó recortes y una regresividad fiscal inasumible». Por eso, reclamó que «en la reforma fiscal deben participar las comunidades autónomas», a quienes «debe exigírseles, como a todas las instituciones, responsabilidad fiscal». En ese sentido, reclamó que se abra el debate sobre la reforma fiscal porque «hay impuestos que probablemente deben ser nacionales y no pueden ser transferidos, y otros, sí».

Armonización

En esa misma línea, el consejero de Hacienda y Administraciones Públicas de Castilla-La Mancha, Juan Alfonso Ruiz Molina, abogó ayer por armonizar los tributos que gestionan las comunidades autónomas, con el fin de que no se puedan hacer competencia fiscal. Recordó que «siempre hemos dicho que es un poco absurdo bajar los impuestos y al mismo tiempo estar pidiendo más recursos para financiación autonómica». E insistió en que «lo importante, en cualquier caso, es armonizar fiscalmente los tributos que gestionamos las comunidades autónomas, de tal manera que no podamos hacernos competencia fiscal».

Ruiz Molina señaló que «en cualquier caso, bajar impuestos lleva acompañado siempre un recorte en el gasto y es bueno que los ciudadanos sepan que cuando se bajan los impuestos también se rebaja el gasto y, por lo tanto, hay que informarles de la parte del gasto no solamente del impuesto».